Cada diciembre las calles de Tibasosa, Boyacá, se llenan de personas con disfraces pintorescos de diablo, que divierten a todos en el pueblo, formando unión y alegría.
Por las venas del carnaval corren la guachafita, la recocha, el sonido del millo y el movimiento de caderas al sonar los tambores.
La foto agüita persiste gracias una descendencia de guardianes que se niegan a ver desaparecer esta tradición moribunda.
Un reportaje de la temperatura y los escenarios que enfrenta el jinete con su siempre amigo, el caballo. Un relato en forma de homenaje.
Hasta la fecha, aún existen familias que no se han podido encontrar debido a la Covid-19, pero las que estuvieron en el campo han logrado sobrevivir a pesar de todo.
En esta revista nos enfocamos en la gastronomía boyacense, aquella heredada de los muiscas y que se resiste a ser olvidada.
La pasión por la música y la búsqueda de oportunidades laborales reúnen a estos músicos en cada evento social y cultural en Colombia.
