¿De qué manera los jóvenes pueden experimentar la felicidad y percibir el amor en medio de una sociedad de consumo que ha dejado de lado los valores de la familia?
¿Qué tienen en común Nepomuceno Matallana, Efraín González y María Concepción? Los tres fueron personajes macabros que aterraron por varios años a Colombia, con propósitos y metodologías peculiares.
Una reflexión sobre el culto enfermizo que hemos construido como sociedad al enaltecer la superación personal a toda costa: humillaciones y sobreexplotación como signo de disciplina.