Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Reporteras del balón

Su amor, pasión y sacrificio por este deporte ha llevado a las periodistas deportivas a opinar y analizar un espacio dominado por hombres.

Artículo realizado para la clase de Taller de Géneros Periodísticos (cuarto semestre, 2022-2), con el profesor Fernando Cárdenas. 

24 de junio del año 2017. Leicy María Santos Herrera vestía una camiseta roja, pantaloneta y medias blancas, una balaca azul para recogerse el cabello y unos guayos negros. Esa noche jugaba el partido de su vida: en el minuto 70, con su zurda mágica remata de media distancia y marca el único gol de la noche. Unos 33.327 hinchas asistieron esa noche al estadio Nemesio Camacho el Campín, que estaba pintado de rojo y blanco, colores que identifican a Independiente Santa Fe. Ese día se convirtieron en el primer equipo campeón de la liga profesional femenina. Ana María Ruiz presenció ese evento que marcó un espacio en el tiempo: el fútbol se empezó a ver de otra manera.

Las oportunidades para las mujeres en el periodismo deportivo son difíciles, no siempre se cree en ellas, hacerse un lugar en algún medio puede llegar a ser una tarea casi imposible. El fútbol de mujeres ha hecho que en Colombia se empiece a crear una cultura deportiva, una transición que día a día va tomando más fuerza.

Sobre todo a la hora de comunicar.

Para la periodista de RCN radio Carolina Castellanos, el amor por el fútbol femenino empieza después de conocer historias de mujeres que dejaron sus estudios por cumplir ese sueño de ser jugadoras profesionales.

María Alejandra Rojas, jefa de prensa del equipo femenino Independiente Santa Fe, plantea que lo más complicado en su campo laboral es “lograr credibilidad dentro del mismo gremio”. La tendencia cultural siempre ha sido minimizar a la mujer dentro del campo periodístico, ya que como ellas mismas lo definen es un medio muy machista. En los últimos años hay más mujeres referentes dentro del periodismo deportivo, se ha empezado a normalizar que la mujer entre a estos espacios.

“El fútbol femenino merece la misma importancia que el masculino, somos hinchas del fútbol en general”, cuenta la periodista Carolina Rubiano. Cuando se involucran en el medio se puede hablar con mayor veracidad. Las mujeres son fieles testigos de las luchas e impedimentos de las futbolistas. Cómo mujeres y comunicadoras abogan por sus derechos, condiciones y equidad en el deporte.

La periodista de La W, Ana María Ruiz, afirmó que del fútbol femenino esperaba “un buen espectáculo”. Este deporte ha venido en una transición, el factor de actitud se demuestra cada vez que juegan, hay más entrega y sacrificio. Lo que el deporte necesita es apoyo, patrocinios, propaganda y estímulos para las jugadoras. Y de parte del periodismo, según las reporteras del balón, hay que apostar por más igualdad y equidad. Las mujeres, con las uñas, han logrado metas extraordinarias, teniendo en cuenta que, por primera vez en su historia, la sección Colombia en categoría mayores, sub-20 y sub 17 lograron ir al mundial.

“Del fútbol femenino espero compromiso”, dijo Carolina Castellanos y agregó: “voluntad por las mujeres futbolistas para no rendirse, día a día hay avances, pero los retos se mantienen”. Los desafíos han venido siendo también a nivel de inversión, ya que en Colombia no tenemos una liga profesional femenina digna. Revista Semana publicó un artículo sobre la falta de respaldo de los clubes y la dirigencia en Colombia, se mostraba a la jugadora de Cortuluá Angie Cano trabajando con su tío recolectando y vendiendo chatarra. María Martínez, con 27 años, aseguró que lavando platos una semana en Estados Unidos, se hace lo que acá le pagan por un mes jugando.

Daniela Arias fue la jugadora de la selección Colombia de mayores que dijo en una rueda de prensa: “apoyemos el fútbol femenino, no lo hagamos por requisito”. Colombia ha tenido una crisis con varias de sus deportistas en los últimos meses, como por ejemplo Natalia Gaitán, Yoreli Rincón, Isabella Echeverri y Vanessa Córdoba, quienes han sido “vetadas” de la tricolor por no estar de acuerdo con los dirigentes.

Frente a este tema, los medios de comunicación y los periodistas tienen un rol muy importante, en cuanto a resaltar a las protagonistas y garantizar sus derechos. A ellas hay que verlas más allá de lo que son, algunas son madres, que siguen luchando por el sueño de ser profesionales.

“El principal problema del fútbol femenino es que no se muestra, no tiene la mima visibilidad del masculino y por eso hay desconocimiento”, explica la periodista Ana María Ruiz. El periódico El Tiempo contó que el club Independiente Santa Fe tiene un rango de salarios entre 1.500.000 y 2.500.000 de pesos; mientras que The New York Times reveló este año que las mujeres de estados Unidos recibirán 8.000 dólares solo por ser convocadas y una bonificación de 10.000 USD por cada partido que ganen; un poco más de 44.000.000 millones de pesos.

En 2019 el jugador mejor pago de Colombia fue el chileno Matías Fernández, quien ganaba 400 millones de pesos colombianos cada mes, mientras que Yoreli Rincón era la mejor paga con diez millones de pesos, informó El Tiempo. La equidad es un problema a la hora de hablar de fútbol, teniendo en cuenta que es una empresa privada y el presupuesto de los clubes solo lo saben los accionistas. Pero hay que tener en cuenta que el balompié profesional se juega en estadios que son públicos y la Liga Femenina se alimenta también del presupuesto otorgado por el Ministerio del Deporte. “Saber que está pasando en los momentos en los que nadie tiene los ojos sobre ellas -explica la periodista deportiva Carolina Rubiano-. Hay que entender el proceso, hay que ir paso a paso”.

Con 26 años, Leicy María Santos Herrera juega en el Atlético de Madrid de España y es volante 10 de la selección Colombia. La casa de sus padres se inundó en Lorica, Córdoba. Daniela Tamayo jugó en la selección Antioquia y La Equidad. Ella pinta, lija, cubre suelos y ventanas en Estados Unidos. Tatiana Vera jugó en México, Fortaleza, Millonarios y Equidad y trabaja recogiendo fresas y uchuvas.

En este entorno, las periodistas buscan una verdadera profesionalización del fútbol femenino, trabajan para garantizar sus derechos. No es hablar por hablar, se trata de sentir el deporte femenino como propio, con amor y pasión.


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