Una revista que retrata el séptimo arte colombiano a través de los lugares, la gente, las obras y los mitos que le han dado vida.

Revista realizada para las clases de Introducción al lenguaje periodístico y Diseño de la información (tercer semestre, 2020-1), con los profesores Sergio Ocampo Madrid y Paola Albao.

Una de las grandes tragedias de este país es su cine: vilipendiado, desterrado, odiado, desfinanciado y sobre todo, ignorado. Pero una tragedia aún peor que esta es que ese ostracismo al cual los colombianos condenan su cine está lejos de ser justo. A través de toda su historia y también en el presente, la producción cinematográfica nacional ha esculpido verdaderas joyas de la gran pantalla capaces de perdurar en el espacio y tiempo y de raptar masivamente la imaginación de espectadores tanto como solo una obra maestra lo puede hacer. Y detrás de sus procesos de creación, yacen paralelamente también los bastos mundos de sus realizadores, a veces tan cautivadores como las propias obras que engendran.

Región Cine surgió, entonces, como la iniciativa de cuatro estudiantes de hacer más visibles y sobresalientes estas aristas brillantes y geniales que hacen parte del cine colombiano, y para vertir una desbordada pasión cinéfila que cada uno de ellos lleva en un espacio diseñado para ser compartido por lectores ávidos, conocedores, no tan conocedores y ajenos al cine autóctono. A través de entrevistas a críticos o actores, reseñas históricas de lugares u obras, exploración de proyectos a la vanguardia y otros relatos, y por medio de un diseño basado en la estética Bauhaus, se desentraña en sus páginas lo más admirable del universo cinematográfico nacional. Y, al mismo tiempo, los creadores de Región Cine intentan romper ese paradigma que declara que “todo el cine colombiano es malo” y que buscar algo prometedor en él, ahora o antes, es demasiado arriesgado.

Al perseguir siempre esta reivindicación, la revista logra que cualquiera pueda observar lo valioso y magnifico que es encontrar nuestra identidad cultural retratada a través de la cámara y sus posibilidades, y señala que las obras poseedoras de este reflejo no pueden seguir siendo sepultadas por los productos de industrias extranjeras. Con todos sus elementos, Región Cine termina siendo, así, un sencillo manifiesto que justifica amar nuestro cine.

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