El conflicto armado en Colombia ha dejado heridas profundas y memorias imborrables. Una triste herencia que se marchita, pero nunca acaba.

Especial convergente realizado para la clase de Taller de convergencia en medios (octavo semestre, 2021-2), con la profesora Mónica Parada Llanes.

Los trastornos mentales producto de los más de 50 años de conflicto armado de nuestro país parecen estar lejos de sanar. Una afectación que no discrimina ideologías, estratos y géneros. Personas que pueden cargar un lastre de responsabilidad distinto desde su posición pero que todas terminan siendo víctimas de una guerra que no iniciaron, pero les tocó vivir.

Memorias marchitas es un lugar en el que los protagonistas son las voces y los testimonios. La pluralidad desde los personajes permite poner en perspectiva el conflicto del que tanto hablamos y el recuento de historias específicas permite ponerle rostro a una guerra que muchas veces se cuenta en número de bajas.

El reconocimiento del papel de las víctimas no desestima su responsabilidad frente a los hechos cometidos. El dolor, la tristeza y las historias que han marcado el rumbo del país quedan representadas en letras, voces e ilustraciones que reflejan el impacto psicológico que estos sucesos traumáticos han tenido sobre los distintos actores.