Nos dejamos manipular, dominar y presionar.

Editado por: Laura Sofía Jaimes Castrillón

Artículo de opinión realizado para la clase de Comunicación digital y Persuasiva (Cuarto semestre – 2024 ll), bajo la supervisión del profesor Johannes Fernando Mejía Garrido.

Nos dejamos manipular, dominar y presionar. Somos los culpables del alcance que hoy en día han tenido las redes sociales, somos los responsables de vender nuestros datos por la simple aceptación social. La presión por la aprobación, la rapidez de la inmediatez y la desesperación por la novedad han hecho que millones de usuarios se unan cada vez más al mundo digital. 

El invento que llegó como herramienta se vuelve el controlador de una masa social. Las redes sociales se establecen como un artefacto para grandes cambios; bien sea para encontrar amigos, familiares perdidos, y/o facilitar la comunicación, pero también ha traído consigo innumerables problemas que van desde los ciberataques hasta las noticias falsas, enfermedades crónicas como la adicción, suicidios, entre otros. Según un estudio realizado por Health University of Utah, se dice que los adultos jóvenes tienen más probabilidades y son más propensos, incluso tres veces más, a sufrir de depresión a causa del uso excesivo de las redes sociales. Y la Organización Mundial de la Salud, agrupa a este trastorno mental común como un conductor hacía el suicidio, también estima que, “en todo el mundo el 5% de los adultos padecen depresión”. No obstante, la OMS asigna claves para el manejo de aquellos síntomas, como, por ejemplo, “tratar de seguir haciendo cosas que solía disfrutar, conservar el contacto con amigos y familiares, mantenerse activo”, por otro lado, deja el siguiente mensaje: “recuerda que no estás solo, que muchos han pasado por eso encontraron ayuda. Únase a un grupo de apoyo”. 

De acuerdo con el documental ´El dilema de las redes sociales´ “la máquina vuelve máquina a las personas”; como resultado, los contras se vuelven más grandes que los pros. Las tecnologías empiezan a determinar qué consumimos, cómo nos comportamos e incluso, hasta con quiénes nos relacionamos. Ahora bien, considero que somos los causantes del gran poder que conlleva ceder nuestro control. La adicción la crea el ser humano. Sandy Parakilas, exgerente de operaciones de Facebook, confirmó la afirmación en el documental de Netflix, “somos ratas de laboratorio”, y probablemente lo seamos. Fundamos una conducta que está siendo explotada económicamente, y del cual, se están aprovechando por medio de la modificación de nuestros comportamientos. Creamos una adicción donde externos se benefician. ´Metrópolis Comunicación´ define los algoritmos como “detectives digitales que examinan tus gustos, tus interacciones y hasta tus pensamientos más profundos”, este algoritmo es modificado de acuerdo con las reacciones e interacciones del mismo usuario, control que más adelante se va perdiendo.  

Dicho en otro modo, el manejo que le damos al mundo digital trae demasiadas complicaciones, escuchamos la frase “un adecuado uso de las redes sociales”, pero no sabemos cómo es el “adecuado uso de las redes sociales”; ni siquiera estamos exentos a sufrir enfermedades causadas por la tecnología. Adicción, depresión, ansiedad, dismorfia corporal; las nombro porque son los malestares que he presenciado como usuaria. ¿Cómo prevenimos los daños que ocasiona el mal empleo de plataformas como Instagram, TikTok o Facebook? ¿cómo protegemos nuestra identidad e integridad? Accedemos a este tipo de aplicaciones sin un manual incluido, lo que nos convierte en un conejillo de indias o en ratas de laboratorio con un solo objetivo; ser el beneficio de terceros.  

Bibliografía  

Orlowski, J. (director). (2020). El dilema de las redes sociales [Documental dramatizado] Netflix. 

Organización Mundial de la Salud. (2023). Depresión. 

Metrópolis Comunicación. (2024). La importancia del algoritmo en las redes sociales.