Facultad de Comunicación Social - Periodismo

¿Balance o intención?: la inteligencia artificial y la industria musical 

En un mundo donde esta predominando la inteligencia artificial, las autoridades mundiales crean una ley para proteger los derechos creativos de los artistas.

Editado por: Profesora Estefanía Fajardo De la Espriella

Entrevista realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre-2024 I), bajo la supervisión de la profesora Estefanía Fajardo De la Espriella.

Los cambios incesantes por parte de las IA’s producen sentimientos mixtos dentro de la industria artística. 

Recientemente, la Federación Internacional de la Industria Fonográfica formalizó su participación en la aprobación de la primera ley de Inteligencia Artificial creada por el Comité de Representantes Permanente de la Unión Europea. Es la primera ley en el mundo enfocada en regular su uso en distintos ámbitos laborales.  

Andrés Morales es un músico con énfasis en composición y arreglos, graduado de la Universidad INCAA. Hoy en día es el director académico de la Academia de Artes Renacer y ve este nuevo desarrollo como un buen inicio hacia la regulación. 

“Es una medida buena y muy necesaria. Debe haber una ley que proteja el intelecto porque la inteligencia artificial tiene la capacidad de generar muchos estímulos y lo más importante en estos momentos es proteger el legado de los artistas”, comenta acerca de la formación de este nuevo proyecto.  

Al momento de cuestionar el involucramiento de esta y el futuro de la industria musical, responde que es mejor siempre ser aliado de la tecnología que estar en una postura de resistencia, siendo fundamental encontrar un balance dentro del proceso creativo. 

“La música es en sí matemáticas audibles y es por este motivo, que este tipo de tecnologías que se basan más que todo en algoritmos pueden recrear desde cero productos musicales, tal y como lo han logrado hacer las IA’s, sin embargo, el objetivo de cualquier arte es sensibilizar, y eso es algo que carece este sistema automático.”  

Existen otros músicos como Roger Morales, licenciado de la Universidad Pedagógica de Colombia, que actualmente es docente de un colegio, dedicándose así a apoyar la aproximación al arte desde edades tempranas, habiendo participado previamente como ‘músico de sesión’ por medio de su instrumento el bajo eléctrico, que consideran que la intención del uso de esta herramienta es lo primordial.  

“(…) Si se abre este campo en la industria quiere decir que han pasado cosas interesantes entonces, ¿cuáles cosas interesantes han pasado? Por ejemplo, el año pasado, los Beatles lanzaron un sencillo que se llama ‘Now and Then’ y ese sencillo lo que intentó hacer con IA’s era buscar la voz de John Lennon que hace rato lo estaban haciendo, pero que, hasta el año pasado por medio de esta, lo lograron. Este posteriormente lo publicaron en plataformas como Apple Music y recrearon una especie de ensayo de los Beatles.”  

Roger vio esto como un avance importante, ya que el sencillo podía transportar viejos recuerdos y sensibilizar. Fueron los dos integrantes vivos de la banda, Paul McCartney y Ringo Starr los que tuvieron la iniciativa, sorprendiendo a su audiencia. Este tipo de usos, en los que hay una clara intención definida antes de la ejecución del proyecto y que es avalada por la familia de los músicos que ya no se encuentran junto a nosotros, no caen, considera él, bajo el dilema ético de la utilización de una voz lejana, una de las mayores preocupaciones que nos han traído esta artificialidad.  

Para ambos la música y en general el arte, son recuerdos y memoria.  

“La mejor canción, depende mucho de tu estado de ánimo y tiene la capacidad de crear momentos que las personas recuerdan y disfrutan más adelante”, menciona Andrés sobre la sensibilización y el cambio de gustos que se establecen a lo largo de la vida de un sujeto de la audiencia. Roger comenta algo similar en que esta puede generar reflexión y memoria.  

“(…) ¿Cuál es la intención de un artista? Tocar al ser humano. Hay canciones que, por dar un ejemplo, las de Rubén Blades, hablan y reflexionan acerca de la cotidianidad de países latinoamericanos. Tiene una trascendencia social interesante de lo que pasa en estos países. Son reflexiones y digamos nuestras emociones pasan por distintas etapas… lo que escuchábamos de jóvenes no es exactamente lo mismo que lo que disfrutamos ahora o lo que nos gustara en el futuro.  Todo varía y la música va más allá de un instrumento y de la lírica en sí… La música toca fibras y ahí es cuando no se pierde la intención, porque sensibiliza”.

La ligera discrepancia entre ambos músicos nace a partir del balance y la intención que emplea un artista. Por un lado, Andrés comenta que la inteligencia artificial es una herramienta que se puede emplear en un proceso creativo estableciendo un balance adecuado para mejorar la calidad de un producto musical y, por otro lado, Roger menciona que el balance es demasiado relativo y lo que cuenta es la intención con la que un artista la emplea porque precisamente, no es el hecho de mejorar hasta la perfección – porque “los errores en la música, también hacen parte de ella” –, sino establecer una relación de complementariedad.  

Es demasiado reciente para conocer los resultados de esta nueva ley europea, Andrés aplaude los esfuerzos de una visión preventiva y reflexiona acerca de la falta de interés por parte de los gobiernos latinoamericanos en establecer una regulación parecida que proteja el legado de los artistas.  

“En Latinoamérica es muy difícil porque nunca se ha tenido la misma apreciación por el arte que en Europa. Solo se llegará a un tipo de regulación cuando suceda algo con algún artista… Es decir, por medio de un pleito de derechos, porque acá no tenemos una visión de prevención, sino de resolución”. 

La responsabilidad recae en el artista, en los productores de la industria y en la audiencia; esta última debería exigir que en los créditos que se mencionen los usos empleados dentro de los créditos de producción. Todo esto hará que los esfuerzos de los artistas sean valorados y que el consumidor sea mucho más consciente de lo que está recibiendo por parte de la industria.