Facultad de Comunicación Social - Periodismo

La travesía digital

Ya lo digital hace parte de nosotros y, desde la investigación, se ve que es imposible que ninguno no esté en el internet. Reflexiona, juega y da clic.

Editado por: profesor Fernando Cárdenas

Ensayo transmedia realizado para la clase de Metodologías de Investigación en Comunicación (sexto semestre, 2022-2), con el profesor Manuel Salge Ferro. 

Somos hijos de internet. Tal vez una declaración ambiciosa, dirán muchos, y aun así no se puede negar que la red o la representación de lo digital vive entre nosotros, y ya no podemos no estar conectados en algún lado. De hecho, esclarando esta situación es imposible que ninguno de nosotros no tengamos una huella en ese ciberespacio, el otro mundo vasto que es solo de 1’ y 0’.  

Esto nos plantea cuestiones filosóficas y grandes con respecto a nuestro rol en la realidad. La validez del contenido en las plataformas digitales y la realización, un poco aterradora, de que cada vez vamos sumergiéndonos más en un mundo completamente digital. Este acontecimiento tiene unas consecuencias bastantes significativas en lo que somos como civilización y, por supuesto, en las herramientas a través de las cuales nos conectamos con nuestro pasado y nuestra identidad: los alcances de los métodos virtuales de investigación se pueden discutir en este espacio.  

Los métodos virtuales de investigación son procesos de recolección de información y datos a través de plataformas digitales y el ciberespacio, con el fin de llegar a premisas y conclusiones específicas. Por ejemplo, la personalidad de Melania Trump, ex-primera dama de Estados Unidos, ha sido interpretada tan solo conociendo sus publicaciones en Instagram, y también el trabajo de Van Gogh ha sido discutido en las plataformas digitales de la actualidad. Este proceso se realiza siempre por medio de una inmersión en el mundo digital y con la ayuda de la Inteligencia Artificial, que permite resolver y juntar los datos buscados en las redes sociales y espacios de la web.  

Pongamos un ejemplo para abordar la capacidad, como se dijo, algo aterradora pero curiosa de cómo está avanzando el mundo y reconstruyendo la recolección de datos. Rembrandt fue uno de los pintores más grandes de la historia y con la capacidad de las IA’s se analizaron muchos de sus cuadros, formas, colores más usados y geometría en ellos, para adivinar qué pintura hubiera sido la próxima que sacaría. ¿Podemos imaginar eso? ¡Un pintor de hace 400 años devuelto a nuestra época! y aun así, ¿es Rembrandt?, ¿es un cuadro pintado por él?, ¿es como el barco de Teseo? 

Erika Diettes explica de una manera mucho más simplificada a Debray para analizar estas cuestiones que nos plantea la epistemología digital, y en el libro “La historiografía en el amanecer de la cultura digital” ella menciona: 

“Debray establece tres periodos de la mirada del hombre de acuerdo con la evolución de sus técnicas de transmisión por medio de las cuales se puede explicar la trayectoria de las imágenes […] : 

  • La logósfera. A esta instancia le correspondería la era de los ídolos en el sentido amplio del griego eidolon, imagen […] En la logosfera se hace una transición de lo mágico a lo religioso. 
  • A la grafósfera le correspondería la era del arte […]. El arte es lento, pero muestra ya figuras en movimiento. La imagen es una cosa, tiene la función de deleitar y cautivar, está hecha para ser vista. El arte asegura la transición de lo teológico a lo histórico o, si se prefiere, de lo divino a lo humano como centro de relevancia. 
  • La videósfera es la era de lo visual. La intención de lo visual es mundial, está concebido desde su misma fabricación para una difusión planetaria […]  La naturaleza de la imagen visual es la de ser un objeto de embeleso o de distracción” (Dietes, 2010, p. 9)  

Aun así, hay otro periodo que menciona Bresciano: la mediósfera, que introduce la interactividad, que nos involucra ahora con los medios, en este caso de análisis, los tecnológicos. Todo esto es importante, porque todo es datos, y aun así, es importante definir cómo los analizamos, de qué perspectiva nos estamos planteando. ¿Cómo recolectamos toda esa información de este mundo digital que ha cambiado su perspectiva de lo público y lo privado? Que ahora nuestra esfera privada está en un espacio público como las redes sociales, es otro ejemplo del método de recolección de datos virtuales en la investigación. Significa que vamos dejando una huella virtual de nuestros gustos, preferencias y percepción de nosotros mismos y de lo que nos rodea. Significa que hemos construido una identidad y personalidad según cómo nos mostramos en el mundo digital, y significa también que invertimos horas y largos espacios de nuestro tiempo y cotidianidad a estar conectados en esa realidad cibernética que se ha convertido en un espacio tan importante como la vida real. Es decir, una hiperrealidad. Porque, ¿esa representación de nosotros en el internet somos nosotros? 

Briscano menciona: 

“El efecto acumulativo de estos cambios contribuye a la emergencia de una cultura digital y multimediática que desplaza, paulatinamente, a la cultura del texto impreso (la grafósfera de Debray). Este proceso afecta a la Historiografía en tres planos diferentes: 

i. Supone en sí mismo un fenómeno a estudiar, ya que se trata de un proceso de transformación mundial de particular relevancia. 

ii. Aporta un caudal inusitado de fuentes para el conocimiento histórico, por el volumen y la diversidad de registros que produce. 

iii. Modifica el modo en que se obtiene la información y se genera saber. Dado que la Ciencia Histórica no es una excepción, también afecta a las prácticas de investigación sobre el pasado.” (Bresciano, 2012) 

Es decir, todos esos datos que hemos dejado; nuestra vida, la representación de nuestro yo, se convierten en datos que la Historiografía se ha tomado la tarea de analizar desde la heurística, una estrategia que en su misma base es filosófica y, para nuestro texto, una que es desde su análisis algo bello. La heurística es “la estrategia sistémica, para de forma inmediata o gradual generar alternativas que son innovaciones positivas. La facultad heurística es un rasgo característico de los visionarios, se define como el arte y la ciencia del descubrimiento, de la creación” (Visualizaciones heurísticas, 2017). Esa hiperrealidad que construimos en el mundo digital ha sentado bases para que profesionales con diferentes técnicas recolectan todo esto en bases de datos, en la codificación de datos. Se producen diferentes técnicas de investigación que han ayudado a que ampliemos nuestro conocimiento y que ahora sea de más fácil acceso.  

Volviendo al “futuro” Rembrandt, toda su concepción fue un proceso de recolección, de análisis, de clasificación y de ser puesto en una meta base de los más importantes en el momento: datos, que nos permitió pensar un futuro.  

El Rembrandt puede ser otro objeto de la hiperrealidad, así como nosotros lo somos en el metaverso o hasta las mismas redes. Y es que ahora habitamos un mundo “crossover” donde estamos intercalando una existencia entre el espacio virtual y la vida “real”, lo que esto nos quiere decir sobre el método virtual de investigación es que ha ido evolucionando de acuerdo a la revolución tecnológica que sacudió al mundo en las últimas décadas.

Una revolución que le abrió paso a la “hiperrealidad”, y al hecho de que cada vez es más difícil para los individuos diferenciar el mundo al que pertenecen. Esto puede ser una ruptura de la realidad, pues es también el simple hecho de que son representaciones que nosotros presentamos en internet, y otras representaciones con las que nos leen. Por esta razón, los métodos virtuales de investigación tienen un alcance bastante relevante que seguramente seguirá cobrando importancia con el paso del tiempo: indagar sobre las realidades virtuales y mundos digitales que hoy en día abarcan y envuelven a la mayoría de habitantes del planeta, es de hecho una estrategia bastante efectiva para conocer la actualidad sociológica y el pensamiento de los colectivos, aunque no deja de ser un método polémico que invita a reflexionar sobre otros aspectos esenciales: qué tan cierto y confiable es el mundo virtual, qué tanto evoca y transmite los sentimientos reales de los usuarios que interactúan allí, y qué tanto está cambiando los valores y prioridades del mundo real que sigue allá afuera. 

Todas esas preguntas le otorgan candidez al debate de los métodos virtuales de investigación, y se convierten en una puerta más para reflexionar sobre el estado de la humanidad en la actualidad y su rol en el futuro, un futuro que ya está aquí.  

Dejamos cómo reflexión del proyecto un juego interactivo, para que veamos que es esa mediósfera que habla Debrays y nuestras representaciones en este mundo virtual: