Facultad de Comunicación Social - Periodismo

El cómic y el reto de narrar historias ajenas #FILBO2022

En el retorno de la presencialidad del Xlll Encuentro Internacional de Periodismo en el marco de la Feria Internacional del Libro, los investigadores de cómics y novelas gráficas Lina Flórez, Pablo Guerra y Kevin Nieto conversaron con el docente Daniel Aguilar sobre las nuevas formas de narrar las múltiples realidades del conflicto armado en Colombia en el conversatorio “La realidad colombiana en unos pocos trazos” .

Cubrimiento especial del XIII Encuentro Internacional de Periodismo.

Desde las viñetas del cómic se ha desglosado gran parte de la historia del país, y pese a que muchos de ellos se han perdido en el largo pasar de un conflicto que no tiene fin, en la actualidad las dosis de investigación sirven como herramienta conjunta para recopilar esos trazos que construyen Colombia.

Unidos por el interés por el cómic de ficción a temprana edad, comenzaron a buscar alternativas de contar “las cosas que pasan en el mundo real”. Las tiras de cómic de prensa en las lecturas dominicales fueron fundamentales para sembrar un gusto por los trazos gráficos narrativos. 

“El cómic es un mal irremediable, no hay cura”, señala Lina Flórez al referirse a sus acercamientos a los trazos gráficos.

Las miradas, con el pasar del tiempo, cambian, el material gráfico que se producía en los años 70 y 80 en el auge de las grietas campesinas y rurales del país, en la actualidad se lee desde una perspectiva de “post-conflicto”, aunque es una realidad bastante distópica. Los procesos académicos que hoy investigan el cómic  han construido redes en las que se abren caminos para que otros construyan lo propio.

¿Cuándo los cómics de superhéroes se van a un lado para contar la realidad colombiana? ¿Cuáles son las preguntas que nos están contando sobre el país? ¿Cuándo llegan las historias colombianas como invitación para hacer parte de esos procesos? El choque de narrativas para contar la historia fue el detonante para responder a eso que no se quiere contar, a esos fantasmas de realidades externas que atormentaban en las noche; fue la respuesta a la obligación de contrarrepresentar los lenguajes que cuentan lo que pasa. 

Pablo Guerra agrega a esta discusión que “una vez te cambia la mirada no puedes deshacerla, no hay un control + z”. 

Por su parte, Lina Flórez habla sobre cómo los cómics funcionan como un triángulo de conversación entre los que lo hacen, quienes lo leen y entre los personajes de quienes se inspiran o se cuentan las historias. En palabras de ella, “una narración desde el yo para conversar con las personas de esos relatos”. El cómic es una gran conversación entre tiempos: entre el pasado, el presente en el que se construye y el futuro en el que se lee.

La clave del cómic es que la historia se lea, que sea interesante, que no sea un ladrillo más, que se cuente tal y como pasa en la realidad; ver esa ampliación de horizontes que relata subjetividades y se intercambian con el paso del tiempo.“El objetivo es que vean estas historias y les recuerden la historia del territorio”, concluye Kevin Nieto.

La literatura tiene la habilidad de la descripción del espacio; sin embargo, el cómic tiene la capacidad de mostrar el mundo en el que se desenvuelve lo que se cuenta. Cuando se construyen lecturas colectivas se desarrollan procesos de elaboración conjunta de subjetividades, de ahí viene uno de los principios de investigación acción-participativa de Orlando Fals Borda, base para la construcción de relatos en los que habitan los territorios de los que se habla.

Se puede hablar de un renacer de los lenguajes gráficos y los cómics, pensar en el estudio de las narrativas gráficas para estos investigadores es pensar en un devenir en el tiempo. 

Los retos de hacer cómic hoy en día para estos investigadores son: el estar en el territorio y hablar de una historia de la que se es ajeno; asumir la responsabilidad de convertirse en un monstruo que absorbe la puesta narrativa para mediar algo que no les pertenece; no sentirse con el derecho de contar algo que no se vive; y cargar con que día a día la narrativa que se construye comienza a ser parte de la historia del territorio y la comunidad.

Volvemos a un círculo en el que se dibuja un relato para no caer en el olvido. Estas son nuestras verdades y sin verdad no hay paz. 

Reviva el conversatorio “La realidad colombiana en unos pocos trazos” en el video a continuación: