Una madre y sus tres hijos vivían en un pequeño apartamento del barrio San José en Barranquilla, pero un día su tranquilidad se vio afectada por la llegada de los nuevos vecinos.
El Pasquín de Natagaima, Tolima había anunciado la muerte de su padre. Una bala y un asesino bastaron para arrebatárselo. A partir de entonces, el camino de seguir sin aquel que le había enseñado a dar sus primeros pasos, fue lo único que le quedó.