Revista Opiáceos
En el mundo de la medicina, los medicamentos son un eje clave para obtener resultados satisfactorios o brindar calidad de vida.
Editado por: Laura Sofía Jaimes Castrillón
Revista realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico y Diseño de la Información (Tercer semestre-2023 II), bajo la supervisión de los profesores Estefanía Fajardo de la Espriella, Jairo Iván Orozco Arias, Orlando Valencia Sarmiento.
En el mundo de la medicina, los medicamentos son un eje clave para obtener resultados satisfactorios o brindar calidad de vida, por lo que es indispensable la participación de todo tipo de pacientes para ello. No obstante, detrás de los fármacos hay toda una historia. A través de esta revista los autores pretenden contextualizar a la audiencia de lo que involucra este mundo de la medicina y los medicamentos, mencionando una parte de su historia, su evolución, sus componentes, los efectos que estos pueden llegar a generar en el cuerpo, entre otros factores relevantes.
Del opio al medicamento
Su uso en las antiguas civilizaciones, el papel destacado en las Guerras del Opio del siglo XIX y su transformación donde, al día de hoy, en ciertos países viven una lucha contra ellos, los opioides han sido parte de la evolución de las sociedades. Su impacto en ellas ha marcado retos en materia de salud pública; como la epidemia de COVID-19, que aumentó el uso de estos medicamentos, y, además, en Colombia y el mundo, la adicción se convirtió en un desafío contemporáneo. David Felipe Díaz, médico general egresado de la Fundación Universitaria de la Salud, junto a Camilo Steven Chaparro, médico de la Universidad Nacional de Colombia, desde su conocimiento médico explican sobre estos fenómenos.
¿De dónde vienen los opioides?
Para abordar esta pregunta, es esencial entender que el opio es una sustancia química obtenida de la planta amapola, su nombre científico es Papaver Somniferum y también es conocida comúnmente como adormidera o amapola real. Esta planta pertenece a la familia de las papaveráceas y parece ser originaria del sur y este del Mediterráneo en Europa, donde fue domesticada por primera vez. El uso del opio era conocido por los sumerios y los egipcios en rituales desde el 500 a.C. También se registra su uso médico como analgésico y pomada en la antigua Mesopotamia y Roma. Inicialmente, el opio se extendió por Europa, Asia y África, para luego llegar a América.
¿Cómo evolucionó el uso de opioides a lo largo de los siglos y en diferentes culturas?
Para hablar de este tema hay que recordar la participación del opio en los diversos escenarios de la historia. Desde su inicio en la civilización egipcia, Mesopotámica y su relevancia en las guerras del opio (1839-1942,1856-1860) El opio ha sido protagonista de diversos usos tanto comerciales como medicinales. Podemos mencionar la introducción del opio en China, que, a mediados del siglo 17, era usado principalmente como un pasatiempo de los ricos, no como uso medicinal. Hasta principios del siglo XIX, debido al aumento de consumidores de opio y su propagación a las clases burocráticas, la dinastía Qing implementó en 1810 la prohibición del consumo y uso de opio en toda China.
Los británicos se opusieron a esta prohibición y, a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que operaba en la India, vendieron opio ilegalmente en China. Este acto llevó al gobierno chino a destruir las embarcaciones británicas, lo que a su vez obligó al gobierno británico a responder con dos guerras para abrir los puertos y facilitar el comercio del opio. Estos conflictos bélicos fueron conocidos como las Guerras del Opio. Es relevante señalar que la prohibición aplicada en China también se implementó en Europa y América, lo que incrementó el narcotráfico de opio en estos países. De esta manera, el opio se convirtió en el protagonista principal del siglo XIX.
¿Cómo llegó a nuestro continente?
En América, el opio llegó a mediados del siglo XIX, primero a Estados Unidos con la migración masiva de población empobrecida proveniente de China, acostumbrada al consumo recreativo de la sustancia. Luego, fue el turno de México, donde migrantes chinos interesados en el autoconsumo de heroína, adaptaron el territorio para la siembra de amapola.
Posteriormente, durante la Segunda Guerra Mundial, se observó un uso masivo de derivados de la amapola para procedimientos médicos por parte de soldados estadounidenses. Esto condujo a un aumento de los cultivos en México a solicitud de Estados Unidos, generando un incremento en los usos derivados de la amapola con fines recreativos en Estados Unidos. Esta situación, junto con el aumento del consumo de drogas ilícitas en jóvenes, llevó a que en la década de los setenta el presidente Richard Nixon declarara la guerra contra las drogas, incluyendo la heroína.
¿Cuándo se introdujeron los opioides en Colombia y cuál fue su propósito inicial en el país?
La producción de drogas ilícitas construye una problemática en la agenda política colombiana en materia de seguridad nacional y salud pública desde la segunda mitad del siglo XX. Tras la bonanza marimbera de los años 70, irrumpió la producción de amapola como principal cultivo ilícito en el país para la extracción de morfina y heroína con fines recreativos .
Los primeros cultivos documentados de amapola en el país se reportaron hacia finales de 1972; cuando las autoridades reportaron una pequeña siembra en el departamento del Tolima. No generó demasiada preocupación por la baja cantidad de plantas. Fue hasta finales de 1983 cuando las autoridades reportaron el primer cultivo de amapola en el mismo departamento. Meses más tarde, se descubrió que la siembra de amapola había aumentado en el territorio nacional. Convirtiendo a Colombia en el país con la mayor superficie cultivada de amapola.
El impulso de la amapola se dio por la presencia de la guerrilla que repartía las semillas provenientes del África a los campesinos donde ejercían control. Esta problemática se extendió en los departamentos de Nariño, Cauca, Valle del Cauca y Chocó. La proliferación dio origen a asociaciones campesinas que se denominaron los amapoleros.
¿Cuál ha sido su impacto específico en la salud pública colombiana?
En el contexto colombiano, los opioides utilizados para el manejo del dolor están bajo estricto control del Ministerio de Salud y Protección Social, regulados por la Resolución 1478 de 2006. Este marco normativo establece los requisitos para las actividades vinculadas con medicamentos controlados, incluyendo los opioides.
Respecto al uso indebido de opioides en Colombia, el Estudio Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas de 2013 indica que el 1,07% de las personas admitió haber consumido algún analgésico opioide sin prescripción médica en algún momento de sus vidas. En cuanto a las intoxicaciones y muertes asociadas al consumo de opioides, los informes de SIVIGILA muestran un comportamiento estable desde 2016 hasta 2019, aunque se carece de cifras exactas actualizadas.
Es relevante destacar que la intoxicación relacionada con el fentanilo se ha convertido en un evento de interés nacional, especialmente a raíz de la crisis que enfrenta Estados Unidos.
¿Cómo ha afectado la crisis de opioides a nivel global?
En la actualidad, enfrentamos una grave crisis de salud pública debido al aumento en el consumo de un derivado conocido como fentanilo, cuyo uso indiscriminado ha provocado elevadas tasas de mortalidad y daños a la salud. Según el Informe Mundial sobre Drogas de 2019 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, aproximadamente 53 millones de personas consumieron opioides sin prescripción médica, siendo la mitad de estos casos relacionados con morfina y heroína.
En América del Norte, en el año 2017, el 68% de las muertes por sobredosis de drogas se atribuyeron a opioides, destacando un elevado número de casos relacionados con opioides sintéticos, como el fentanilo y sus análogos.
¿Cómo ha evolucionado la percepción pública y la conciencia sobre el uso de opioides en Colombia a lo largo del tiempo?
Los opioides son medicamentos reconocidos mundialmente como indispensables para el alivio del dolor moderado a grave. Colombia firmó en 1961 la convención única sobre estupefacientes, en la cual las naciones se comprometían a contar con mecanismos para facilitar el acceso a los opioides para la población con dolor e implementar políticas para evitar su desvío hacia canales ilícitos. No se puede estigmatizar el uso de opioides porque cualquier fármaco mal manejado puede ser catastrófico y aberrante. Puede causar daño o adicción.
¿Cuál es el papel de la industria farmacéutica en la historia de los opioides y cómo ha influido en su disponibilidad?
Para profundizar este tema es necesario hablar de la familia Sackler y su empresa Purdue Pharma quienes desempeñaron un papel principal en la epidemia de los opioides en Estados Unidos. Con su potente opioide de acción prolongada Oxycontin, provocó un aumento vertiginoso de la tasa de adicción a los opioides en el 2000, originando la peor Crisis farmacéutica de la historia en los Estados Unidos. En este caso se ve el alcance que tiene la industria farmacéutica en la comercialización de un producto.
Los medicamentos tienen efectos adversos que deben ser tomados en cuenta para la prescripción médica. Su aprobación y regulación está a cargo de organismos del estado para garantizar la salud del consumidor. Por ende, las industrias farmacéuticas influyen en la distribución y disponibilidad de algunos derivados de los opioides. Siendo el estado el encargado de evitar su diseminación y uso ilícito.
¿Cómo ha evolucionado la investigación médica en torno a los opioides, tanto en términos de beneficios como de riesgos?
Ha evolucionado considerablemente, al punto que no se utiliza tratamiento con opioides a largo plazo debido a que genera una dependencia física y riesgo de desarrollar adicción. Esto es ocasionado por el efecto agonista en los receptores opioides que modulan las vías del dolor y producen un efecto hedónico intenso en el sistema de recompensa cerebral. La exposición repetida a opioides produce neuroadaptación que disminuye el efecto analgésico, produce anhedonia, aparición de síntomas de abstinencia y cambios conductuales que pueden generar abuso y dependencia.