Revista Caja Negra
¿Qué hay por conocer en el mundo de la aviación? Caja negra tiene rostros, respuestas e historias.
Editado por: profesora Estefanía Fajardo De la Espriella
Revista realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico y Diseño de la información (Tercer semestre-2024 I), bajo la supervisión de los profesores Orlando Valencia Sarmiento y Sergio León Ocampo Madrid.
La sola idea de ascender a miles de metros sobre la tierra siempre me ha llenado de ansiedad, como si una escena de película de catástrofes se repitiera en mi mente: serpientes gigantes acechando en las entrañas del avión, un amerizaje forzoso en el río Hudson, la tragedia del club de fútbol brasileño o, algo más de nuestra tierrita linda, el secuestro del vuelo 601, el más largo de Latinoamérica.
Ubicado en el occidente de Bogotá, a 15 kilómetros del centro, se encuentra el Aeropuerto Internacional El Dorado. Mientras observaba un atardecer y discutía con mis compañeros de grupo sobre el tema de nuestro proyecto, este gigante de metal se presentó ante mis ojos como un faro de esperanza. La idea de enfocarnos en la aviación generó un consenso inmediato: “Sí”, “Me gusta la idea”, “Es que el de aviación está muy chimba”, como diríamos en nuestra jerga coloquial.
Con las autorizaciones pertinentes de la torre de control y la tripulación completa a bordo, no había marcha atrás. El viaje estaba a punto de comenzar. Sin embargo, no todo fue color de rosa. Enfrentamos momentos críticos que pusieron aprueba nuestra capacidad de trabajo en equipo y nuestra determinación. El proyecto estuvo en el umbral de convertirse en una simulación aérea fallida e incluso escuchábamos comentarios o suposiciones cada vez que nos preguntaban sobre el tema de la revista: “ah, ustedes son los de aviación”. Pero gracias al optimismo logramos nuestro objetivo.
El mundo de la aviación es uno de los sectores más seguros del mundo, o así lo afirmó Daniel Gallo, técnico mecánico aeronáutico. Algo irónico en el caso de nuestro país, en el que se han presentado diferentes atentados, asesinatos, secuestros y tragedias aéreas.
Hasta el fútbol pagó las consecuencias
El 28 de noviembre del 2016, el vuelo 2933 de la aerolínea LaMia con destino al aeropuerto Internacional José María Córdova, de Medellín, marcó la aviación y, sobre todo, la vida de Yaneth Molina, quien en los minutos previos a las 9:58 p.m. estaba detrás del transmisor tratando de minimizar una tragedia que, poco a poco, se le salía de las manos.
Yaneth en su libro “Yo también sobreviví” narra cómo le dijo a su madre que ella era la controladora aérea del Chapecoense:
-Lulita, ¿quién era el controlador que estaba esa noche?- Le preguntó.
-Controladora, madre- respondió
-¿Cómo así, Lulita? ¿era una mujer?
-Sí, madre. Era yo.
Yaneth Molina, comunicadora social y periodista, apasionada por la aviación se vio influenciada por su hermano, que también era controlador de tránsito aéreo. Él la incentivó a pertenecer a este mundo; gracias a esto ahora cuenta con 28 años de experiencia trabajando en aeropuertos internacionales y actualmente el José María Córdova y el Olaya Herrera, en Medellín.
Su carrera comenzó con una formación en el Centro de Estudios Aeronáuticos (CEA), que dura aproximadamente 10 meses. En este lugar le dan las herramientas, “pero para llegar acá se deben pasar muchas etapas, como la formación en aeródromo, aproximación y vigilancia radar. Actualmente soy supervisora. Para esto han pasado muchos años y experiencias, que es lo que permite que el conocimiento llegue a este punto”, dice.
La experiencia más dura que ha tenido Yaneth como controladora fue el vuelo del equipo brasileño de fútbol Chapecoense. A pesar de los años, aún le es difícil hablar sobre él. Nunca se le olvidará todo lo relacionado con el accidente, empezando por los factores que lo ocasionaron y que están plasmados en la investigación y el reporte oficial de la entidad aeronáutica. En él se expresan diferentes aspectos
como causa principal: el combustible insuficiente para llegar al destino, la comunicación, la gestión de recursos de la tripulación (CRM) que se enfoca en el uso óptimo de todos los recursos disponibles para la tripulación de vuelo. “En mi caso nunca había tenido una situación de esta magnitud, ni siquiera un fallo de comunicaciones, que uno puede tener en su operación normal, una alerta por alguna prioridad que hubiera requerido alguna aeronave; nunca me había sucedido”, asegura.
Esa noche había bastante circulación aérea y para Yaneth es difícil recordar con cuantos aviones tenía comunicación en ese momento. Los controladores aéreos cuentan con la capacidad para brindarle el servicio a muchas aeronaves de manera simultánea. Deben estar muy pendientes y tener una alerta situacional muy alta.
Ese día, ella no fue informada de la condición del avión de manera clara y correcta, dice. “Uno espera desde la parte de control aéreo que la tripulación le notifique qué está pasando abordo; si a ti no te cuentan nada de x o y situación es difícil adivinar. La función de tránsito aéreo es trabajar en equipo de la mano con los pilotos, cuando no se tiene una información certera no se puede brindar bien el servicio”.
Ese día ella se encontraba en contacto simultáneo con varios aviones y estaba en una
posición de emergencia de gran magnitud, pero esto no causó en ella un estado de estrés, por el contrario, se mantuvo con calma gracias a su preparación en situaciones de alto riesgo.
“Yo recurro a mi experiencia, a mi tranquilidad y presto el servicio, pero si yo no tengo una información clara es muy difícil que yo actúe. Cuando la aeronave ya realmente notifica que tenía un inconveniente, ya era muy encima”, recuerda. Sin embargo, asegura que la toma de decisiones por su parte fue buena debido a su experiencia.
Fernando Goytia era el primer oficial de la aeronave y cuando hizo la notificación de emergencia ya no había nada que hacer. “Ya estaba en descenso, como cuando cae una plancha. Por mi cabeza pasaron muchísimas cosas entre esas, mi hijo es piloto y yo decía: Dios, ojalá nunca me le vaya a suceder esto y que si tiene una emergencia que haya alguien de verdad que le dé tranquilidad y lo vaya ayudando”.
Eso es lo que hoy en día Yaneth les dice a sus estudiantes: nunca se queden callados. Reitera que siempre notifiquen y cuenten qué está pasando. “Cuando tú vas en tu carro, te quedas sin gasolina y queda varado en alguna esquina, pero una aeronave no, el avión por el tema de la gravedad cae, eso fue
lo que le sucedió al avión”, dice.
Después de ocho años, Yaneth piensa que por parte de la tripulación se pudo haber hecho algo diferente, como no quedarse callados, ya que el soporte de los pilotos son los controladores aéreos para que tengan un aterrizaje seguro y puedan continuar con su vuelo sin contratiempos.
Molina recuerda haber recibido diferentes amenazas porque, sin duda, el mundo del fútbol mueve muchas pasiones. “Nunca tuve conocimiento del origen de las amenazas”, afirma. De igual forma fue un tema que denunció y con respecto a eso puede estar tranquila, pues en los reportes de investigación de accidentes se destacó que realizó un buen trabajo, pero por el lado de las amenazas muchos resultaron afectados.
“Me decían de todo, a través de mi familia y mis amigos, me buscaban por todo lado, con personas externas que residen en el mismo lugar donde vivía antes; estaban pendientes de mis movimientos”, agrega. Al ser tan peligrosas estas advertencias, acudió a las autoridades para que la ayudaran.
Al mismo tiempo se filtraron sus conversaciones con el copiloto Goytia. Según ella, eran comunicaciones que no se debieron difundir en los medios por protocolos de seguridad.