Facultad de Comunicación Social - Periodismo

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Revista Bronx: un septenio de memorias

Fue aquí donde las sombras se apoderaron del lugar.

Editado por: Laura Sofía Jaimes Castrillón

Revista realizada para las clases de Diseño de la Información e Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre – 2023 II), bajo la supervisión de los profesores Jairo Iván Orozco Arias y Sergio León Ocampo Madrid

Bronx: Un septenio de memorias, comienza con la búsqueda de la verdad. La verdad de los seres casi inertes que deambulaban de un lado para el otro por las calles de este lugar, donde vivían entre cantidades exageradas de droga, basura y miseria humana. Las historias que encontramos allí nos demostraron que este fue un territorio lleno de maldad que resumía toda la problemática de nuestra sociedad con natural crueldad e insensibilidad, pues el silencio se apoderaba de los que estaban adentro y afuera. En este proyecto logramos ver distintas caras enlazadas por memorias e historias que por supuesto dejaron una huella en nuestro corazón. Cada entrevista que realizamos nos dio a entender la importancia de romper el silencio y seguir adelante. La versatilidad de la ciudad y su relación con El Bronx, nos hizo indagar en cada rincón de este lugar transformando nuestra percepción en realidad. Nuestro objetivo con esta revista es que nuestro público conozca los ojos de las miles de personas que vivieron en el infierno, sobrevivieron al cementerio de los muertos vivientes, y revivieron para buscar un futuro al cual no temer.

Vronx 60: un café para pasar el trago amargo que dejó el Bronx

El Bronx funcionaba como un pulpo: la cabeza es donde quedaba la L y en el que se concentraba todo lo malo del sector, sus tentáculos eran todas las calles aledañas que de igual manera se vieron afectadas con todo lo que sucedía allí. Cuenta Luis Alberto Díaz, dueño del café Vronx 60, de cómo era en un principio vivir cerca del Bronx, un lugar que para muchas personas fue uno de los peores escenarios vistos en la localidad de Los Mártires, pero que, de cierta manera en consecuencia a esa época tan oscura para la zona, nació el emprendimiento de Vronx 60, un café que busca mejorar la perspectiva del sector por medio de filtros, granos de café y buena atención.   

El Vronx 60 se encuentra una cuadra más abajo del Bronx que todos los bogotanos conocen. A simple vista este café resalta debido a su aspecto pulcro, organizado y bien pensado que llama la atención del público, con decoraciones rústicas y acogedoras haciendo que una cuadra llena de talleres de carros y sin pavimentar se pueda sentir acogedora y den ganas de entrar al lugar. Una vez ya adentro se respira tranquilidad, con música relajante de fondo y un olor a café recién preparado en el aire que invita a sentarse a degustar alguna taza y relajarse así sean 5 minutos de la vida ajetreada. A pesar de ser un poco más de mediodía, se siente un ambiente frío de manera que la idea de una entrevista acompañada de un café del lugar suene muy bien. 

A Luis Alberto lo rodea un aura de amabilidad y carisma que hace entrar en confianza a las personas que visitan el lugar. Antes de comenzar con la entrevista llegan dos tazas de café humeantes que trae Edna Aguas, esposa de Luis y quien le ayuda atendiendo el local. El café sabe tan delicioso como se prometió que iba a ser desde que el olor da la bienvenida al local. Una vez ya listo, Luis da inicio a la entrevista:  

​”Bueno, arrancó en el 2020 como respuesta a la intervención que habían hecho 4 años atrás. Desde ese año vimos que había un cambio positivo y decidimos responder a ese cambio generando también algo bueno. – junto a su voz se escuchaba de fondo la máquina cafetera funcionando. – La inspiración nació por varios motivos. Uno de esos era una necesidad personal, un lugar tranquilo que inspiraría respeto y amor, donde te hiciera sentir bien atendido. Entonces, cuando comencé en el tema del barismo les pregunté a las personas de mi alrededor y todos me decían lo mismo. Ahí comenzó la idea de montar el café.” 

En ese momento llegaron más clientes al local; saludaron a todos los presentes en general, Luis Alberto interrumpe lo que estaba hablando y les devuelve el saludo con una sonrisa cálida, sin pararse de la mesa. De inmediato Edna se dirige a los recién llegados para atenderlos.  

​“Los otros motivos vienen más por el lado de concientizar y de dar un regalo a mis papás. Cuando inicié con este proyecto me nació darles algo que los hiciera felices, y que se sintieran orgullosos, y qué mejor manera que abriendo un local que iba a concientizar a los colombianos sobre un tema tan importante para el país.” 

Antes de poder continuar, es interrumpido por su esposa quien le pregunta dónde está un ingrediente necesario para un producto que le habían pedido, el responde de manera amable y sigue hablando.  

​“Concientizar, porque en el momento en que yo me empecé a interesarme por el barismo me di cuenta de que nosotros los colombianos somos muy incultos. Las cosas que realmente nos representan a nivel mundial no las conocemos. Se me hizo increíble que en el colegio no enseñen a catar café, a tomarlo, cuáles son las regiones cafeteras. Entonces eso también me motivó a crear el café, porque me preguntaba ¿Cómo es posible que no sepamos esto? Esto es ignorancia pura y yo quiero acabar con ella por lo menos con las personas que visiten mi local.” 

Las palabras de inspiración de Luis Alberto se combinaron con el sonido de la suave lluvia que empezó a caer en Bogotá.

“Concientizar, porque en el momento en que yo me empecé a interesarme por el barismo me di cuenta de que nosotros los colombianos somos muy incultos. Las cosas que realmente nos representan a nivel mundial no las conocemos.”

– ¿Siempre tuvo el apoyo de sus familiares y conocidos? 

“Como en todo, hubo personas que me decían “no va a funcionar”, “no creo que sea algo que usted haga bien”, “¿Por qué no sigue con lo que ya viene?”. Sin embargo, eso solo me impulsó a seguir adelante y a crear algo que me saliera del corazón. También hubo mucha gente que me apoyó, mi familia y vecinos me brindaron un gran apoyo.” Comenta recordando como fueron los inicios de ese proyecto.  

En aquel momento, rememora cómo en el año 2020, su esposa se inscribió en clases de barismo para respaldarlo en la realización de su sueño de abrir su propio local. También recuerda como en el proceso, se vio obligado a distorsionar la verdad sobre el verdadero propósito del establecimiento, afirmando que sería una ferretería para facilitar el arrendamiento. De como desde un principio, su familia respaldó su proyecto convirtiéndose en clientes habituales mientras él construía su propia clientela. 

– Cuando ya tomaron la decisión de empezar con el café, ¿Por qué decidieron ponerlo acá si usted mismo dijo que al estar tan cerca del Bronx era uno de los lugares que se vio afectado con esa presencia tan cerca?  

“Pues el proyecto nació aquí porque yo he vivido en el Bronx toda mi vida; desde que tengo uso de razón he estado acá. Soy hijo de un emprendedor de la zona, jugué entre cigüeñales, bielas y culatas, vi los cambios positivos y negativos de la zona. Conocí El Cartucho, conocí el Bronx, y realmente el Bronx era, literal, las puertas del infierno. Era entrar ahí y tal vez nunca volver a salir. Tú te quedabas atrapado allá y podías terminar muy mal. Entonces cuando nosotros vimos el cambio quisimos darle la vuelta a esa puerta, y así como una moneda tiene dos caras, este espacio también.  

En su mirada se reflejaba la inspiración que el lugar le daba. Sin embargo, había una parte de la historia aún no contada, en esencia, ningún sueño se construye tan fácil. ​

​“Aunque también hubo un momento en que todo esto casi no se da. Cuando estaba el Bronx nuestro proyecto de vida era irnos de la zona. Cuando lo intervinieron y comenzó a cambiar la situación, cambió también el tema de proyectarnos. Nos dimos cuenta de que podíamos echar raíces acá porque, a pesar de todo en cuanto a temas de inseguridad no sufrimos. Realmente desde el Bronx, la percepción de que la seguridad en esta área era impenetrable ha cambiado muy poco. Aunque ha disminuido en cierta medida, todavía se mantiene presente la sensación de que no se presentan tantos robos en este sector.

– ¿Por qué dice que ya no está tan presente? ¿Antes cómo era que estaba tan presente esa seguridad? 

“Mientras estuvo el Bronx, la misma seguridad de allá se encargaba de que las personas que iban a consumir no robaran nada ahí, ni a sus alrededores. Los sayayines, así se llamaban los que vigilaban, tenían prohibido robar en esta zona. Entonces para que lo protegieran a uno como residente cercano, tenía que pagar como una “celaduría”. Por ejemplo, mientras estaba todavía el Bronx, nos robaron y yo identifique por medio de las cámaras al que nos robó. Cuando yo lo identifiqué fui donde uno de los sayayines y le conté que me habían robado; yo me arrepiento mucho de haberlo hecho, porque yo pude dejar las cosas así, pero lo denuncié, él solo me dijo “listo, no lo va a volver a robar” y se fue hacia él junto a otros dos hombres y le pegaron una patada en toda la cara”, dice haciendo la mímica con el puño cerrado, de cómo le daban el golpe al “ladrón” en el lado derecho de la cara. “Él con ese golpe tan fuerte se cayó y se lo llevaron. No lo volvimos a ver… Eso es algo de lo que me arrepiento. Sin embargo, precisamente porque se presentaban situaciones así, es que ahorita casi no roban acá.

– ¿Cómo fue esa transición de pasar de vivir al lado del Bronx a como es actualmente? 

“Ha sido bastante positiva, porque tú todo lo que veías tenía que ver con cosas negativas, incluso, hasta con cosas diabólicas. Ahora las cosas ya cambian, tenemos la oportunidad de soñar, tenemos la oportunidad de crear, de creer en nosotros mismos, por eso es que en nuestras tasas hay mensajes, porque queremos que se inspiren a soñar.” 

Luis Alberto da un último sorbo a su café americano y agradece por la entrevista. Con ese último sorbo, termina su historia para dar paso a una vista amplia de su negocio, un local que tanto en sus tasas como en pequeñas decoraciones deja mensajes como “sueña”, “cree”, “inspira” y “agradece”, donde el ambiente hogareño prevalece aún más luego de entender la historia detrás de él.