Mujeres ilustradas
Cuentas reaeles y nominales, patrones, hilo y aguja elementos que convirtieron a Lilia María, Luz Stella y Olga Amanda en ejemplos de vida.
Entrevistas realizadas para la clase de Storytelling del conocimiento (octavo semestre, 2020-1), con el profesor Fernando Cárdenas.
Vocación por los textiles.
A los 19 años, Olga Amanda utilizó por primera vez una máquina plana y, por cosas del destino, ha vivido entre telas, hilos y máquinas de coser. Desde que empezó a trabajar para una empresa de manufactura, Olga Amanda Murillo dejó atrás sus estudios de secretariado y se dedicó a su verdadera vocación: el diseño y patronaje industrial. Desde entonces ha explotado su creatividad, combinando telas y patrones para traer a la realidad lo que solamente residía en la imaginación de las diseñadoras de moda.
Contadora pública juramentada.
Desde los 16 años Luz Stella se marchó de casa, sin un lugar fijo dónde vivir, sin dinero para comer y con grandes deudas, encontró cómo labrar su camino. Años después, entre cervezas, confesaba a sus amigas que quería estudiar, pero reconocía que su sueldo no era suficiente para pagar una universidad y menos con su segundo hijo en camino. Esta es la historia de una madre con pocas oportunidades de estudio que cumplió el sueño de ser contadora pública y sacar adelante a sus tres hijos.
Costurera de toda la vida.
Lilia María es una mujer de 83 años, costurera desde los 15, que gracias a su oficio pudo mantener a sus hijos y a sus nietos cuando su hija mayor falleció. A pesar de llevar toda su vida dedicada a este oficio, Lilia asegura que no hay condiciones laborales óptimas para las madres solteras que trabajan en la industria textil. Es necesario cuestionar el origen de nuestra ropa y concientizarnos como consumidores sobre la historia de nuestras prendas: de dónde viene, quién la hizo , en qué condiciones y con qué materiales. Si exigimos a la industria textil productos libres de explotación laboral que también sean amigables con el medio ambiente, es posible transformar la situación la vida de miles de trabajadores que como Lilia han dedicado su vida a este oficio sin recibir mucho a cambio.