Los contratiempos invisibles de la era digital
Artículo realizado por Paula Rojas, José Sinuco, Karla Acevedo, Alejandra Ávila, Cristian Acosta y Natalia Peña para el cubrimiento especial del Festival Gabo 2019, con la profesora Mónica Parada Llanes.
En la contemporaneidad, las nuevas estrategias virtuales de mercado parecen estar afectando los diferentes hemisferios que corresponden a la producción humanística. Hoy en día, parece que los verdaderos valores de incentivar la culturización y la ilustración en las audiencias se han perdido en los ambiciosos proyectos de la era digital. Una carrera lucrativa en la web a fin de posicionarse en el mercado global.
La industria cultural se mueve por intereses económicos, más no por la intención de pregonar formación en el arte y la literatura. Jorge Carrión, crítico literario y escritor español, sustenta sus premisas y defiende la idea de un mundo donde volvamos a los libros de papel, las visitas a las librerías y la experiencia directa con la literatura en la realidad. Su principal crítica es dirigida a Amazon, la multinacional tecnológica que cimenta un imperio financiero en la red. Un enemigo directo e inmediato, según Carrión, de la cultura y el saber que pretenden dirigir los autores a sus simpatizantes y toda gama de lectores. El español enfatiza en que no requerimos nunca la innovación tecnológica para lograr una conexión con la cultura, ni mucho menos el desarrollo de espacios cibernéticos para conectar con el arte literario y sus historias.
Apoyado por los comentarios del periodista e historiador Héctor Feliciano, Carrión refuerza argumentos donde lo más importante es convencer a los lectores y a quienes se sienten atraídos por la imprenta literaria para que sean un canal que promueva a los públicos a retomar las páginas empapadas en tinta y divulgadas en los estantes de las librerías. Abandonar el presente construido en el decaído comportamiento de la inactividad y donde cada individuo parece tener todo a su mando y su alcance. El conocimiento que ofrece la literatura requiere un esfuerzo, incluso mayor por parte del receptor y de quien escribe los hechos y las historias.
Podemos reflexionar sobre un futuro donde contemplemos al humanismo, las letras y la literatura misma como campos significativos y esenciales para el entendimiento de nuestras sociedades y sus entornos. Por lo tanto, distorsionar su objetivo de promulgar ciencia y erudición en la carrera del capital virtual, es un despropósito que ocasiona la corrupción de la cultura y el sentido humanístico de las masas.