Lenguaje y política en Cuba y Venezuela #FILBO2019
En la jornada final del XI Encuentro Internacional de Periodismo, se dieron cita el cubano Carlos Manuel Álvarez y la venezolana Karina Sainz Borgo quienes hablaron sobre el poder de las palabras en los procesos políticos de sus países.
Sainz Borgo comenzó diciendo que uno de los fenómenos que más ha retratado de Venezuela en sus textos tiene que ver con la desaparición de la ciudad, que se ha dado de la mano del régimen bolivariano; y que para contar eso, la crónica ha sido para ella una herramienta fundamental. Por su parte, Carlos Manuel Álvarez afirmó que él tuvo que dar una pelea intelectual contra el totalitarismo para poder hacer algo y que para él es muy claro que el lenguaje ha sido utilizado para la ideología, reconfigurando un territorio a su favor. “Se desaloja la realidad de las palabras y se le rellena con ideología. Se trata de la reescritura de un espacio, cambia nombres, símbolos, banderas, escudos. El lenguaje es el primer elemento que se utiliza, porque es el más efectivo, además”, añadió Sainz.
Con respecto a la crónica, Álvarez indicó que “en países como los nuestros es necesario imaginar el lenguaje de la república. No puedes enfrentarte al totalitarismo con las mismas maneras. Desde la crónica hay que devolver el valor a las palabras porque nos enfrentamos a un secuestro de la palabras”.
Al ser cuestionados sobre cómo esto se traduce en el núcleo familiar, Sainz destacó que estas polarizaciones políticas han permeado también las relaciones interpersonales: “en la familia, en los amigos. En mi experiencia, y el recuerdo que yo tengo, es que comenzó a convertirse en un tema que hay que evadir. Ya vivíamos en un país con desigualdades manifiestas al que se le sumaron otras divisiones, como el de las divisas, quién tenía Cadivi y quién no, quién se va y quién se queda, entre otros. La ciudad se ha convertido en un lugar en el que prima la sobreviviencia”.
Finalmente, cuando Guido Tamayo les preguntó lo que para ellos significa su nacionalidad, las respuestas fueron contundentes: “para mi es una forma concreta y específica de pertenecer al mundo, no más que eso”, afirmó Álvarez; mientras que Sainz Borgo señaló “yo me siento desalojada de una nacionalidad. La idea de la diáspora me atormenta”.
Los invitamos a revivir esta interesante conversación: