Iluminando la oscuridad, la fotografía de la mujer refugiada
Iluminar la oscuridad es el título de la serie de exhibiciones fotográficas lideradas por estudiantes de nuestra facultad que expone su trabajo con mujeres refugiadas.
Galería fotográfica creada durante la práctica profesional (2019-2) en intercambio académico con la Universidad Anadolu, Eskisehir, Turquía.
Vanesa Suárez, Camila Rivera y Camilo Parra, practicantes de nuestra Facultad en la Universidad Anadolu, se unieron al proyecto a cargo de UN Women Turkey, en diciembre del 2019 en Eskisehir, Turquía, mientras cursaban su último semestre como estudiantes de intercambio. Las fotografías tomadas durante los talleres hicieron parte de dos exposiciones, la primera de ellas en Gaziantep, abierta al público en los primeros meses de 2020, un evento que contó con el apoyo de entidades gubernamentales de esa ciudad y el apoyo de las entidades que hicieron posible la segunda: una exposición virtual abierta al público del mundo entero desde el 11 de diciembre de 2020, creada por UN Women y patrocinada por la Unión Europea y el gobierno de Japón:
Las sesiones de taller se llevaron a cabo en cuatro ciudades de Turquía (Mardin, Sanliurfa, Gaziantep e Izmir) junto al estudiante palestino, Abdl El Kader, y con el apoyo de Naciones Unidas Mujer Turquía (UN Women Turkey). Esta serie de actividades tenía como objetivo, empoderar a través de la fotografía a mujeres refugiadas y animarlas a contar sus propias historias como protagonistas, víctimas sí, pero también transformadoras del conflicto que se vive en cada uno de sus territorios, construyendo relatos como nadie más lo podría narrar: a través de sus propios ojos.
Cuando planeamos los talleres, nos preguntamos cómo podría la fotografía alentar a las mujeres para superar la desigualdad de género, cómo las mujeres podrían usar esta herramienta para hablar, no solo por ellas, sino por sus familiares, vecinas y amigas.
Planeamos tres actividades con ese objetivo en mente, usando arte e incluso pintando con luz. Pero la respuesta solo llegó cuando nos paramos frente a ellas y abrimos ventanas a través de la fotografía para que pudieran ver nuestros países, nuestros conflictos, nuestras migraciones desde el sur hasta el norte del continente, los desplazamientos forzados también por una violencia que aún para nosotros es difícil de explicar. Las historias de nuestra gente les llamaron tanto la atención que muchas de ellas sacaron sus celulares para tomar fotos de las muestras o tomar notas en un idioma que apenas comprendían sobre importantes fotógrafos ampliamente reconocidos para nosotros, como Jesús Abad Colorado.
Y luego nos abrieron las suyas: pasaron a ocupar un lugar detrás de las cámaras y algunas de ellas se convirtieron en narradoras por primera vez. Luego disfrutamos todos juntos de ese momento en que somos contados y también contamos algo de nosotros mismos. Esta singular mezcla de culturas, nos dejó sin palabras, literalmente. Ninguno de nosotros hablaba el mismo idioma y entre gestos, señas y sonrisas, logramos construir una relación con estas mujeres que nos permitió intercambiar algo distinto a discursos orales, así concluimos que la fotografía es un lenguaje común, que por intuitivo, puede atravesar casi cualquier barrera y reunir realidades como un ejemplo de fuerza verdadera.
Al final, mientras ellas escribían mensajes en inglés, otras posaban frente a las cámaras de los celulares de sus compañeras y nosotros nos tomábamos selfies con el resto. Ellas fueron las primeras en subir las fotos a sus redes sociales, como un acto de agradecimiento para algunas, por la novedad de ver a unos colombianos para otras y sin duda para todos como una forma de recordar ese momento en que una fotografía da fe de que algún día estuvimos juntos.
El impacto de esta experiencia no estaría completo sin saber algo de ellas. Es por esto que les invitamos a que las conozcan mediante la siguiente galería fotográfica: