¿Ideología de género o enfoque de género?
Las instituciones colombianas deben saber cómo respetar y tolerar todas las orientaciones de los niños y niñas en temas de sexualidad.
Texto realizado para la clase de Introducción al lenguaje periodístico (tercer semestre, 2021-2), con el profesor Sergio Ocampo.
Alrededor del mundo el tema del sexo ha sido un tabú. En Colombia, generó controversia desde que se empezó a creer que se iba a “homosexualizar” a los niños y niñas desde el colegio. Es por esto que, por temas políticos y electorales, muchos políticos y ministros cambiaron el término de enfoque de género por ideología de género y deslegitimaron a la comunidad LGBTIQ+.
Lo que la Corte busca con la orden del enfoque de género es que las instituciones colombianas respeten y toleren las diferentes orientaciones y géneros que pueden tener los niños y niñas.
La lucha por la aceptación de la comunidad LGBTIQ+ viene desde muchos años atrás. Los registros históricos y estudios del portal El Mundo reflejan la existencia de personas homosexuales desde el 2.900 o 2.500 antes de Cristo. Esto es un claro ejemplo de que la diversidad sexual siempre ha existido, solo que hasta hace algunas décadas ha empezado a visibilizarse y a plantearse una lucha por sus derechos.
Para explicar el término de “ideología de género” es necesario diferenciar el sexo del género. La Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. explica que el primero se refiere a una base biológica basada en los cromosomas, hormonas y/o genitales, lo que se puede evidenciar físicamente como pene o vagina; también existen los casos de personas intersexuales, refiriéndose a un grupo de afecciones en las cuales hay una discrepancia entre los genitales internos y externos (los testículos y los ovarios). Por su parte, el género habla más de una creencia social y cultural en la cual se determina cómo deberías comportarte a partir de tu sexo, es decir, lo que se conoce como masculinidad y feminidad.
La religión siempre ha impuesto sus ideales y sus creencias por encima de las demás, para constituir una ideología rígida y excluyente en la cual el modelo original creado por Dios es el del hombre y la mujer. De esto se deriva la ideología de género.
Según Sandra Mazo, coordinadora de la ONG Católicas por el Derecho a Decidir, y Marcela Sánchez, directora ejecutiva de la organización Colombia Diversa, el término surge por primera vez en la década del 90, en encuentros sociales como la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo (1994) o la cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing (1995), entre otras. A Colombia llegó a mediados del 2005, sin tener un impacto social y un trasfondo amplio, y fue en 2016 cuando estalló y generó una fuerte disputa entre diferentes partes de la sociedad.
A raíz del caso de Sergio Urrego, un joven de 16 años que se suicidó en el 2014 a causa del acoso y discriminación de la psicóloga y directivas de su colegio debido a su orientación sexual, la Corte Constitucional ordenó al Ministerio de Educación la creación del Sistema Nacional de Convivencia Escolar, cuenta Nancy Prada (investigadora y especialista en estudios de género) en un artículo sobre Ideología de género. La orden emitida por la Corte pretendía que los manuales de convivencia institucionales fueran respetuosos con la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes. Por ello, el Ministerio de Educación, junto con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), crearon unas cartillas que orientaban a las instituciones sobre cómo hacer las modificaciones pertinentes en sus manuales para cumplir con el respeto y la igualdad de género.
Prada explica en su artículo que, en julio de 2016, año en el cual se desarrollaba la orden de la Corte, se dio un debate en la Asamblea de Santander en la cual la entonces diputada Ángela Hernández, afirmó que el Ministerio de Educación, en cabeza de la ministra Gina Parody, en su condición de lesbiana, pretendía homosexualizar a los niños y niñas del país. Por esta razón convocó una marcha el 10 de agosto en contra de la imposición de la ideología de género y la lucha por el modelo original. Días después, circularon en redes falsas noticias que hablaban acerca de “las cartillas del Ministerio” e intentaban crear en los padres ideas erróneas acerca del enfoque de género.
En octubre del mismo año, en el plebiscito para refrendar los acuerdos producto de las negociaciones entre el Gobierno y las FARC y en las campañas por el “Si” y el “No” surgió de nuevo el tema de la sexualidad. Múltiples sectores sociales y sobre todo religiosos sostenían que el acuerdo final podría incluir que la ideología de género fuera impuesta en las instituciones, ideas apoyadas por el entonces Procurador General de la Nación, Alejandro Ordoñez. Esto hizo que muchas personas creyeran esta errónea postura y votaran por el “No” en el plebiscito.
El Centro Bíblico Teológico Pastoral para América Latina y el Caribe (CEBITEPAL) dice que, la ideología de género es la decisión autónoma de cada persona por decidir cómo expresarse, vestirse y comportarse a partir de sus deseos y creencias y sin tener en cuenta el aspecto natural y psicológico. Sin embargo, esta afirmación es totalmente falsa, pues en realidad lo que se buscaba con este enfoque era generar en los ambientes escolares un espacio adecuado para quienes sientan una orientación sexual o identidad de genero diferente a la común.
Se puede decir, en palabras más simples, que la llamada ideología de género no es más que una creación por grupos conservadores, religiosos y en su mayoría de extrema derecha, los cuales, con fines político-electorales buscan generar temor en los padres y hacer ver que se va a “homosexualizar” a los niños y niñas del país. Estos grupos tergiversaron el concepto y cambiaron la palabra “enfoque” por “ideología”, cuando realmente el término referido por parte de la Corte y el Ministerio de Educación es el enfoque de género, el cual se refiere al espacio que brinda respeto y aceptación a todas las personas por igual. De ese modo, el fin de todo movimiento LGBTIQ+ es velar por la igualdad de todas las identidades y orientaciones de cada individuo.