Fragmentos de una vida
La vida de Rubén Peña, un hombre con una visión de los sucesos históricos del último siglo.
Entrevista realizada para la clase de Psicología de la Comunicación (segundo semestre, 2023-1), con la profesora Ángela Castellanos.
Rubén Heli Peña Linares nació el 20 de octubre de 1935 en Gachalá, Cundinamarca. Hijo de Anaclovis Linares y Rubencildo Peña. Creció en la ruralidad y en la cotidianidad del campo colombiano. Durante su adolescencia vivió el conflicto armado del país en década de 1950. En su adultez, se casó con Ana Bertha Ramírez con quien tuvo 5 hijos, más adelante se mudaron a Bogotá. Actualmente, a sus 87 años, su vida está llena de experiencias, logros, aciertos y desaciertos que merecen ser contados. Estas son algunas de sus memorias:
¿Cómo fueron sus primeros años de vida?
“Es difícil porque tengo 87 años. De pronto me puedo acordar, de pronto no, recuerdo que el estudio mío fue poco porque en ese tiempo no habían, mejor dicho, escuelas. Cualquier vecino prestaba una casa para llevar un docente y enseñaban hasta cuarto. Por ejemplo, yo no alcancé a hacer sino hasta segundo, eso era muy lejos, a dos horas de camino. Habían unas quebradas y unos ríos pequeños donde sufría uno mucho para pasar y entonces ya venían más niños y no cabían en el salón que era pequeño.”
“Pa’ jugar uno con los otros niños de los vecinos: en ropa vieja hacíamos unas bolas con hilo, cabuya, hacíamos unas pelotas y con eso jugábamos.”
¿Cuál fue el momento más difícil de su juventud?
“Tenía 16 años cuando murió mi padre. Mi padre fue un hombre muy bueno, nos enseñó muchas bellezas de la vida, nos enseñó que tocaba trabajar, que tocaba no hacerle mal a nadie. Quedé a cargo del hogar porque… habían, ya eran tres niñas menores que mi persona, pero entonces nos tocó trabajar duro pa’ mantenerlas.
¿Cómo era la vida en el campo?
“Mucha belleza, porque volvería a ir por la tranquilidad que tenía uno, pero ya no es como antes, ahora es terrible. En ese tiempo era muy bonito porque en el campo no había que pagar servicios, no había que pagar nada. La tierra producía, uno comía de lo que producía la tierra; y.… sembraba por ahí el café, el plátano, la caña, el té y la papa. Con eso conseguía plata para salir al pueblo que quedaba a 4 horas y llevaba uno por ahí la carne, el arroz. Pero eso era por allá cada mes, eso se sufría. Por eso tocaba cuidar las aves del corral; cuando uno quería comer algo, se mataba un pollo, una gallina.”
“Antes de ser presidente Laureano Gómez, nadie, nadie se molestaba por política. Estaba muy bien con mis hermanas, mi mamá. Nadie nos robaba. Nadie se robaba. Nadie se mataba; era muy bonito porque casi no había peleas, casi no había ni chismes.”
¿Qué sucesos históricos del país recuerda haber vivido?
“Recuerdo que, no recuerdo en que año; hubo una persecución de los conservadores contra los liberales, y en parte, los liberales no se dejaban; se mataban, se daban plomo, lo que fuera.”
“Yo no sé qué sería lo que pasaba, pero, sin embargo, eran unos sufrimientos terribles porque en ese tiempo yo era, mejor dicho, un niño, por ahí tendría 17 años.”
“Mi papá era liberal entonces buscaban a la familia. Por allá lejos de nuestra tierra, había una comisión de unos que cargaban armas, les había dado el gobierno armas. Y fueron hasta nuestra vereda, eso tuvieron que andar mucho para llegar. Mataron como a 14 de los cuales cayó un cuñado y un tío”
¿Cómo terminó esa guerra?
“Hubo un general, Rojas Pinilla y hubo la paz, mejor dicho, hubo la paz. Ya no más persecución a los liberales y se calmó todo.”
¿Cómo transcurrió su adultez?
“Mis hermanas crecieron, se casaron, consiguieron sus maridos y quedé yo solo con mi mamá. Mi mamá se le acabó la salud; se enfermó de reumatismo, la artrosis.”
“Me conseguí la esposa, que es muy buena esposa. Hubieron 5 hijos, los crié con sufrimiento, tocaba trabajar mucho.”
¿Por qué se mudaron a Bogotá?
“Ya mis niñas estaban grandecitas y entonces llegaron unos obreros, unos trabajadores que mandó INGETEC, que era una empresa para hacer la hidroeléctrica del Guavio. Cada vez había más gente y entonces vino el sacerdote del pueblo y esa vez me dijo que me iban a quitar la finca porque por ahí va a pasar una carretera según los planos. Él me aconsejó que me fuera a Bogotá porque ahí está la vida y podía poner los hijos a estudiar”
“Después llegaron los negociantes que nos expropiaban la tierra, cuando hicimos negocio esa vez me dieron un millón de pesos que me alcanzó para una casita en Ciudad Bolívar”
¿Irse a la capital fue un acierto o un desacierto?
“Vivir acá es terrible ya que usted no puede vivir tranquilo. Para mis hijos fue un acierto, ellos estudiaron, trabajan, tienen sus cosas…”
¿Se arrepiente de algo en la vida?
“Yo le pedía mucho a mi Dios que fuera algo en la vida, pero no alcancé por la falta de estudio. Pero, sin embargo, los consejos de mi padre sirvieron mucho.”
¿Cuál considera que es su mayor logro?
“Mi familia, Mi familia ya es entre nietos y yernos y todo somos como 20, nos reunimos cada 8 o 15 días en mi casa o donde sea”
“Yo fui muy trabajador y buena persona, nunca en la vida tuve un enemigo”
¿Qué consejo le da a los jóvenes”
“Pues que le digo yo, que se amen. Que crean en Dios. Que sean correctos.”
Para Rubén aún no es tarde vivir momentos y experiencias día a día con su familia y esposa. Vive cada día como si fuera el ultimo, pero sin temer a éste. Sus memorias ya hacen parte de un legado.