En exclusiva: ¡Carne fresca para el matadero!
Daniel Remberto trabaja en un periódico en decadencia donde hace todo lo posible para conseguir noticias que satisfagan a su jefe.
Editado por: profesora Estefanía Fajardo De la Espriella
Serie de ficción realizada para la clase de Flujos de Trabajo en la Industria Audiovisual (Séptimo semestre -2023 II), bajo la supervisión del profesor Ricardo Forero Sandoval.
Daniel Remberto Ramírez acaba de graduarse como periodista. No ha tenido mucha suerte en buscar trabajo y termina en el decadente periódico “Actualidad Bogotana” gracias a un favor que le debía el editor en jefe, don Juan Jimeno, a sus padres.
Este periódico se encuentra en una crisis económica sumado a las dificultades a la hora de adaptarse a la transformación digital. Esto los ha llevado a recortar personal e intentar nuevas estrategias, casi todas fallidas. Entre estas, la grabación de un documental detrás de cámaras del trabajo dentro del medio.
El equipo de grabación decide enfocarse en Daniel por ser la esencia joven de la unidad de redacción. Esta estrategia se afianza más cuando el lente logra captar las peripecias por las que pasa el neófito periodista en su primer trabajo de campo; el nerviosismo de salir a las calles populares al ser de un niño mimado, vivir situaciones peligrosas y enfrentarse a la naturaleza hostil de Bogotá, con el camarógrafo de la grabación siendo su único acompañante.
El día a día de Daniel Remberto está lleno de estrés al tener que lidiar con la presión directa dada por las exigencias de su jefe. Tras años trabajando en el sector, don Juan ha perdido interés en las formas de hacer periodismo, solo le interesa tener más noticias, cada vez más cortas, que le generen más dinero y llamen la atención de patrocinadores para el periódico, chocando con lo que Daniel aprendió en la universidad. Sumado a esto, la mente de este periodista está torturada por la ansiedad de decepcionar a sus papás, a no poder volver a ubicarse en el sector si se le despidiera y el miedo que le provoca el nuevo entorno urbano al que no está acostumbrado.
La sección en la que el protagonista trabaja se encarga de cubrir noticias muy vulgares: gimnasios que le enseñan a la gente a colarse en Transmilenio, grupos religiosos apropiándose del espacio público, emprendimientos que en realidad son lavado de dinero, entre otros. Al tener todavía una mentalidad idealizada del periodismo no encuentra una forma de redactarlas. Su único lugar seguro son sus conversaciones con una carismática mujer que vende tintos en la esquina de la cuadra, doña Doris.
Con sus años de vivencias y chismes, esta mujer termina siendo una inesperada fuente de inspiración para el protagonista, le ayuda a entender lo que la gente quiere y formulan títulos creativos para la primera plana. A cambio de esto, Doris le pide a Daniel le rote fotos de su jefe para su placer personal.
Con el pasar de los días el joven periodista va ganando experiencias gracias a las noticias que ha cubierto y las logra ver con una óptica de gracia. Moverse en los bajos mundos ya no le representa ninguna dificultad. Don Juan es consciente de esta evolución, pero no cambia su trato hostil hacia él por miedo a que renuncie y busque un mejor trabajo si se da cuenta de sus habilidades.