Facultad de Comunicación Social - Periodismo

El partido por la igualdad

Oriánica Velásquez demostró con su talento que el fútbol también es femenino, por ello busca ayudar a las jugadoras aficionadas a llegar a las canchas.

Perfil realizado para la clase de Introducción al lenguaje periodístico (tercer semestre, 2020-1), con el profesor Fernando Cárdenas. 

Oriánica Velásquez es una jugadora de fútbol profesional e integrante de la Selección Colombia que ha visibilizado a las mujeres que practican este deporte, tradicionalmente masculino, por ello cofundó la primera asociación de mujeres futbolistas aficionadas y profesionales del país.

 Oriánica Velásquez se enamoró del fútbol en cuanto tuvo uso de razón. Nació en La Guajira, pero creció en Bogotá pateando cualquier cosa que llegara a sus pies, todo lo convertía en un balón. Aprendía de su padre mientras lo acompañaba en sus partidos de microfútbol y cada vez que tenía la oportunidad de jugar se imaginaba vistiendo el uniforme tricolor. “Decía que era El Pibe y Asprilla”, rememora de sus días de niñez.

No fue fácil para ella jugar un deporte que le decían que era para niños. Cuando ingresó a la escuela deportiva Nueva Vida para entrenar todos sus compañeros eran varones. No perdieron la oportunidad de reírse de ella. “Llegaba a casa a llorar”, recuerda, pero su familia siempre la apoyó para no rendirse.

Foto cortesía de Oriánica Velásquez.

Gracias a sus habilidades en competencia, resultó siendo la delantera en un equipo masculino de la liga Bogotá. Desde 2004 logró ser convocada para la Selección Colombia y desde entonces siempre está en la plantilla con el 9 en su camiseta. Consiguió una beca para jugar en el equipo universitario de Indina y estudió Administración en salud. “Fue trascendental para mi carrera”, afirma.

Después de participar en el fútbol español con el club Zaragoza y jugar para Colombia se dio cuenta de que el fútbol femenino tenía muchas cosas por corregir. Luego de años de lucha, la Dimayor (División Mayor del Fútbol Colombiano) anunció la formación de la comisión femenina en 2016. La primera liga profesional femenil debutó en 2017, este logro se ha visto opacado por problemas contractuales, falta de patrocinio, pagos incompletos, uniformes en mal estado, fechas indefinidas y escándalos de acoso sexual.

 

– ¿Por qué la liga no ha despegado como se esperaba?

– Si el fútbol femenino no lo transmites, ni difundes, no le das pretemporada o unos uniformes, pues es muy difícil que se cree un negocio alrededor de eso, nadie va a querer sus marcas e invertir en algo que no va a ser visible para nadie.

– ¿El fútbol femenino es menos valorado que el masculino?

– Sí, muchas jugadoras tenemos una historia increíble, talentosa y muy exitosa, pero que no es valorada porque somos mujeres. Lo ven menos importante.

 – ¿Las jugadoras deben marcharse del país para poder triunfar?

– Sí, para tener un contrato por un año y mejores condiciones laborales deben irse. Es difícil decir que juego en un equipo profesional con solo dos meses de contrato, ¿qué haces el resto del año para vivir?

– ¿Piden tener los mismos recursos que tiene la liga masculina?

 – No.

– ¿Por qué?

– Entendemos que hay tema de experiencia y tiempo. Hay una brecha de 70 años que anteceden a los cuatro que lleva la liga femenina, pero sí pedimos más respeto, mejores condiciones, que se considere una inversión, podríamos crear una liga buena. Es muy triste que uno no pueda cobrar cierta cantidad, pero a un man le das 200 millones de pesos, eso me parece exorbitante.

 

Más protección

Foto cortesía de Oriánica Velásquez.

En 2019 nació la organización AFUTCOL (Asociación de Futbolistas Colombianas), la primera iniciativa que busca proteger los derechos de las jugadoras colombianas tanto profesionales como aficionadas. Su objetivo es promover la inclusión de los nuevos talentos femeninos para que algún día jueguen con garantías. Oriánica participó en su formación y hoy es tesorera de la organización.

 – ¿Cómo surgió el proyecto?

– Se da por unas abogadas del medio futbolero que se empiezan a enamorar del femenino. Nos contactan a Sandra Sepúlveda (hoy presidenta de AFUTCOL) y a mí porque somos referentes, siempre hemos estado al lado del cañón opinando constantemente de lo que nos parece que no está bien.

– ¿Eso la motivó a unirse?

– Principalmente me motivó María José García (vicepresidenta) que es una abogada increíble. Es una excelente iniciativa tener jugadoras que con su experiencia puedan ayudar y entender a otras que están iniciando, pero nunca han tenido una mano amiga. Se evitan problemas si se asesoran antes de firmar algo.

– ¿Cuáles son sus objetivos?

– Capacitar a las jugadoras para que los contratos sean serios. Que sepan en qué se están metiendo antes de firmar solo por el impulso de jugar en un equipo profesional.

– ¿Ha sido difícil?

– No es para nada fácil, las integrantes somos mujeres sin mucho poder político o en el medio del fútbol, entonces genera adversidad.

– ¿Es una asociación feminista?

– No.

– ¿Por qué?

– El feminismo no es malo, pero nosotras pedimos una equidad de género sin pedir lo mismo que tienen los hombres por la brecha de tiempo. Obviamente en el camino se espera que esa desigualdad se acorte, que den lo mínimo para empezar, lo mínimo de respeto y respaldo para el proceso femenino.

– ¿Cuáles son los planes de la organización a futuro?

– Tocar puertas, pedir apoyos, convencer de que la idea es buena. Poder sentarnos con la Dimayor y hablar en buenos términos. Marcaremos la diferencia así sea en una o en un millón de mujeres para que conozcan qué deben hacer como futbolistas, para establecer una liga justa que sea de orgullo de todos y que pueda ser rentable.

Ninguna organización anterior había trabajado con jugadoras que fueran aficionadas. De este modo pretenden evitar que se realicen contratos sin garantías para aspirar a una estabilidad laboral. El fútbol femenino aún tiene muchos problemas de forma y fondo en Colombia, pero gracias iniciativas como AFUTCOL hay voces de protesta que buscan hacer la diferencia para las nuevas generaciones de mujeres futboleras.