Diana Silva, quindiana, recuerda los momentos de angustia que vivió el día del terremoto del Eje Cafetero en 1999.

Podcast realizado para la clase de Lenguaje Sonoro (segundo semestre, 2021-2), con la profesora Luisa Fernanda Lopez.

El 25 de enero de 1999, alrededor de la 1:00 de la tarde, la naturaleza demostró a los colombianos, en solo 28 segundos, su capacidad de destrucción. Un sismo sin precedentes azotó la zona del Eje Cafetero con una magnitud de 6.2 en la escala de Richter. Tan solo 17 kilómetros hicieron la diferencia para que hubiesen estragos humanos y materiales por donde se pasara. 

Es aquí donde empieza el momento que marcaría por completo la vida de Diana Paola Silva Murcia, una quindiana que pasó por diversas dificultades para encontrar a su hijo perdido en medio del caos generado el día en que la vida de miles de cafeteros se detuvo.

Hoy, el Eje Cafetero colombiano es sin duda uno de los centros turísticos más apetecidos por los viajeros,  sus hermosos pueblos atrapados en el pasado y el aroma de café que se respira en sus calles es parte fundamental de lo que significa ser quindiano, caldense, caleño, risaraldense y paisa. Sin embargo, las calles de esas ciudades milagro guardan la historia de un pasado que no a muchos les gusta recordar: el terremoto del 99 es tal vez una de las grietas que más le duele a la región.