Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Depresión y ansiedad en la universidad

La que debería ser una de las mejores experiencias de tu vida se puede convertir en la causante de un trastorno de ansiedad o depresión.

Especial convergente realizado para la clase de Taller de Convergencia (octavo semestre 2019-2), con la profesora Mónica Parada Llanes. 

La experiencia universitaria es referida, usualmente, como la mejor época de la vida, como un periodo de realización y felicidad porque puedes ser tú mismo y nada te impide hacer lo que siempre habías querido. Pero la realidad es que durante esta etapa muchos universitarios se enfrentan a un escenario desconocido para el cual no estaban preparados, lleno de retos, responsabilidades, competencia, exigencia y un nivel de presión que no esperaban.

En Colombia, la mayoría de universitarios, en algún punto de esta experiencia, padecen de algún trastorno del comportamiento, generalmente ansiedad crónica y depresión. Estos trastornos pueden llevar al suicidio, y aunque la intención de este reportaje no es juzgar las decisiones que se toman sobre el cuerpo y por ende la vida, es importante tener claro que existen varias acciones previas que pueden evitar llegar a lo que aquí consideramos la última opción. Para conocer más sobre los trastornos y el manejo que le dan las instituciones universitarias, entrevistamos a Richard Latorre, psicólogo clínico y docente de la Universidad del Bosque; a Melina Santacruz, quien es el Enlace Nacional de Salud en la Dirección de Protección del ICBF y quien durante cuatro años fue la Referente para la Salud Plena de las Mujeres en la Secretaría de Salud de Bogotá, porque es fundamental conocer las políticas públicas y qué se hace desde las instituciones gubernamentales en cuanto a la salud mental.

La realidad es que, por ahora, las instituciones universitarias se quedan cortas frente a la prevención y el acompañamiento de la ansiedad crónica y la depresión, pues hicimos varias entrevistas a universitarios que sufrieron y sufren de estos trastornos y ellos coinciden en que las universidades no brindan suficientes herramientas y no son comprensivas con los tiempos que requieren para el tratamiento. Además, se confirma que en Colombia la salud mental sigue estando en un segundo plano, que se ignora su importancia y que es bastante costoso el acceso a su tratamiento.