Facultad de Comunicación Social - Periodismo

De Nariño a las estrellas

Este perfil narra los sucesos de uno de los personajes nariñenses cuya vida y obra ha dejado una marca indeleble en la historia del departamento.

Perfil realizado para la clase de Introducción al lenguaje periodístico (tercer semestre, 2020-2), con el profesor Sergio Ocampo Madrid. 

Pocos personajes en la historia de Nariño son tan reconocidos y admirados como Alberto Quijano Vodniza. Sus logros lo han llevado a ser una personalidad de suma importancia para miles de nariñenses que, aunque no sepan mucho de astronomía y ciencias, se fascinan año tras año con los estudios y reconocimientos que adquiere este famoso astrónomo. Es tan grande su figura en el departamento que en las últimas décadas Alberto Quijano ha sido inmortalizado en diversas carrozas alegóricas del famoso Desfile Magno que hace parte del Carnaval de Negros y Blancos, en Pasto.

Nació el primero de noviembre de 1952, en esa ciudad donde ha desarrollado gran parte de su vida y su impecable carrera en la astronomía. Desde una corta edad desarrolló un gran interés por las ciencias y siempre le llamó la atención descubrir qué había más allá de lo que el ojo humano puede ver. Era un niño con grandes aspiraciones.

Tiene ascendencia yugoslava por parte de su abuelo que, de forma indirecta, ayudó a que, desde muy pequeño, él tuviera una fuerte atracción por aprender más sobre el espacio, las estrellas y las ciencias. Su abuelo era marino y cuando llegó a la capital nariñense trajo consigo instrumentos de medición, libros, mapas y un catalejo que despertaron la curiosidad de un pequeño Quijano Vodniza, siempre motivado a aprender cada vez más.

Si hablamos de influencias en la vida del maestro Vodniza las más grandes fueron sus padres, quienes siempre se interesaron en que su hijo aprendiera y estudiara todo lo posible. Vodniza recuerda cuando era un niño y salía a caminar con su madre y tías por las frías calles de Pasto, a contar las estrellas en el cielo, uno de sus primeros acercamientos e intereses en el campo de la astronomía.

El apoyo de su padre, don Alberto Quijano Guerrero, fue incondicional. Vale la pena resaltar que su padre fue un escritor, historiador y poeta importante en el departamento; tanto que fue el compositor de los himnos de Nariño, de Pasto y de la Universidad de Nariño, entre otros. Su padre poseía una amplia biblioteca sobre derecho, literatura y filosofía, pero Quijano Vodniza destaca por sobre todos el único libro de astronomía que era parte de esa gran colección. A pesar de que era un libro muy viejo, lo ayudó mucho con su proceso de aprendizaje e interés por la astronomía.

La lectura ha sido una parte importante en la vida del maestro Vodniza. Recuerda cómo desde su infancia leía todo tipo de libros para llenar su conocimiento de toda la información que podía. Aquel viejo libro de astronomía lo llevó a tener un mayor interés por esta ciencia, incluso lo acercó a la mitología griega, la cual hasta ahora lo ha ayudado en sus investigaciones y trabajos como director del Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño.

Quijano Vodniza no solo se limitaba a leer libros, su curiosidad y el aliento de su papá lo llevó a leer la revista Tecnirama, la cual era una revista científica con infinidad de artículos y experimentos que llamaron la atención de él. Esta misma revista fue la que le abrió los ojos y le mostró que podía tomar el camino de la ciencia y dedicarse a algo que en su momento era desconocido y poco reconocido en la región.

En diversas ocasiones el maestro Vodniza ha declarado que siempre ha sido un amante de todas las ciencias, y a pesar de que tenía clara la idea de convertirse en un científico profesional, esto le causó incertidumbre en sus años de infancia y adolescencia porque no sabía a qué ciencia iba a dedicarse específicamente. En su etapa escolar siempre se destacó por ser un estudiante muy bueno para las ciencias exactas menos en una, las matemáticas. En una anécdota cuenta que él era muy malo para las matemáticas y por más que se esforzara no era muy bueno para la materia. Un día, cuando cursaba grado noveno de bachillerato, decidió escaparse del colegio e ir a montar bicicleta con unos amigos a las afueras de Pasto. A los pocos instantes unas vacas se atravesaron en su camino y le causaron un aparatoso accidente que casi le cuesta la vida. Una semana después, recupera el conocimiento y su doctor le cuenta que había sufrido una fractura de un extremo al otro de su cráneo. Pocos meses después, ya en grado décimo, sus capacidades para álgebra, geometría, aritmética y demás habían mejorado considerablemente; el golpe le cambió la vida y lo había convertido en todo un genio para las matemáticas y las ciencias en general. Una anécdota que parece sacada de una película de Hollywood.

Así como su pasión por las ciencias fue creciendo con el pasar de los años, su espíritu por la experimentación también lo hizo. A la par de su aprendizaje escolar y de la lectura de textos de sus familiares sobre las ciencias, Quijano Vodniza no quería quedarse solo en el papel y la tinta de aquellos libros, aspiraba a llevar sus conocimientos y su curiosidad a la práctica.

Desde pequeño tomaba lo que encontraba en su casa para poder hacer sus experimentos realidad. A veces eran tan simples como quemar un poco de azúcar y ver la reacción que tenía al calor. En otras ocasiones se dedicaba a experimentar a gran escala, por ejemplo, la vez que creó junto a sus primos un cohete con la intención de que llegara al espacio y así poder replicar las hazañas espaciales que países como la URSS y los Estados Unidos de América lograban en la década de los 70. Poco sabia él en ese momento que unos años más adelante, gracias a su gran pasión y conocimiento por la astronomía, estaría visitando las instalaciones de una de sus grandes inspiraciones en la adolescencia, la NASA.

Al momento de escoger una institución de educación superior no titubeó en su elección y se decantó por ingresar a la reconocida y muy bien posicionada Universidad de Nariño que, por más de 50 años, se ha establecido como una de las mejores universidades públicas del país. Por obra del destino y de la vida escogió la carrera en Licenciatura de Matemáticas y Física. Al parecer el incidente que tuvo en su adolescencia cuando montaba bicicleta, aquel que le dio una habilidad impresionante para las matemáticas, fue para mejor. Lo ayudó a escoger la ciencia a la cual iba a dedicar gran parte de su vida, también para acercarse cada vez más a su sueño de convertirse en científico.

Después de su paso por la Universidad de Nariño, Quijano Vodniza viajó al exterior para ampliar su conocimiento y su amor por la ciencia. Fue becado por la Universidad de Puerto Rico y logró un Máster en Física Pura, pero su corazón y sus ansias por investigar siempre estuvieron ligadas a la institución que lo vio crecer como el científico y astrónomo reconocido que es en la actualidad.

Han pasado décadas y el maestro Alberto Quijano Vodniza aún sigue vinculado a la Universidad de Nariño, pero ya no como estudiante. En los últimos años se ha desempeñado como docente y un investigador astronómico de renombre. Fue el decano de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas de esta universidad. Actualmente es el director del Observatorio de Astronomía de la universidad, cargo que desempeña desde 2002, y del Grupo de Investigación en Astronomía el cual ha recibido elogios y reconocimientos por parte de Colciencias en los últimos años.

Ya con 67 años y una carrera más que envidiable para cualquier profesional de la ciencia, Quijano Vodniza no piensa detenerse. Sus proyectos junto a la Universidad de Nariño son cada vez más grandes y ambiciosos. La inauguración del Centro de Ciencias de San Juan de Pasto contará con un observatorio profesional que permitirá el crecimiento del Grupo de Investigación en Astronomía de la Universidad de Nariño. A su vez, el Club de Astronomía de la universidad ha sido un proyecto interesante en los últimos años. Este club tiene una particularidad, sus integrantes no solo son de las carreras afines a las ciencias, también cuentan con estudiantes de arquitectura, medicina e incluso de la facultad de artes.

Su vida y obra han inspirado no solo a nariñenses, sino también a miles de colombianos a seguir una carrera tan poco conocida en el ámbito nacional como la astronomía. Desde sus constantes viajes a la NASA, hasta sus logros como director del Observatorio de Astronomía de la Universidad de Nariño, el maestro Vodniza ha logrado codearse con los mejores profesionales del mundo en su campo de estudio. Su influencia en la educación Nariñense es muy obvia, pero sobre todo más que merecida, siendo uno de los egresados con mayor reconocimiento en la historia de la Universidad de Nariño.

A una persona como Alberto Quijano Vodniza no queda más que agradecerle por su ardua labor en el campo de las ciencias, su constante interés en mejorar la educación de su tierra natal, por el gran legado que deja para futuras generaciones de científicos; pero sobre todo por enaltecer no solo su nombre, sino también el nombre de todo el departamento de Nariño.