La Amazonia, el llamado de ayuda de los aotus
Los micos nocturnos de la región Amazónica son víctimas del tráfico ilegal y serían sometidos a procedimientos de experimentación biomédica.
Especial multimedia realizado para la clase de Taller de Géneros Periodísticos (cuarto semestre, 2018-1), con el profesor Fernando Cárdenas.
En la Amazonia habitan diferentes especies de primates pertenecientes al género Aotus o micos nocturnos, como son comúnmente conocidos; en la frontera entre Brasil, Colombia y Perú es posible encontrar dos clasificaciones: los Aotus vociferans y los Aotus nancymaae, estos últimos en grave peligro de extinción. Es el parecido existente entre el sistema inmunológico de los monos amazónicos y el de los seres humanos lo que despierta el interés de la comunidad científica, siendo vinculada su caza a los procedimientos que derivan de la experimentación biomédica. Los antropoides son destinados principalmente para el testeo de prototipos de vacunas para el control y cura de la malaria, una enfermedad que a lo largo de la historia ha afectado gravemente a la humanidad. En el territorio se habla mucho de los presuntos pagos que la Fundación Instituto de Inmunología de Colombia o FIDIC, liderada por el médico inmunólogo Manuel Elkin Patarroyo, hace a los indígenas Tikuna por cada primate de esta denominación que es capturado y llevado a su laboratorio en Leticia, capital del departamento del Amazonas. La falta de control por parte de las autoridades ambientales sobre su cacería ha dado vía libre a la significativa reducción de ejemplares de Aotus y en consecuencia a la tala indiscriminada de árboles, puesto que los indígenas se ven en la obligación de arrasar con el bosque intentando evitar que los animales escapen, dos prácticas devastadoras para el medio ambiente que, además, producen secuelas físicas en los nativos que desempeñan el trabajo.
A veces sin saberlo la tecnología que usamos en el día a día lleva consigo el sinsabor de un relato no contado. La experimentación animal con animales, que toca industrias tan disímiles como la del maquillaje y la medicina, es una de ellas. ¿Existe manera de sopesar la vida humana sobre el resto de vidas? Para intentar responder una arista de esa pregunta viajamos al Amazonas colombiano, uno de los hábitats naturales de los micos nocturnos, criaturas diminutas y bulliciosas, muchas de las cuales, al parecer, son inoculadas con el parásito de la malaria; todo en el marco del proceso de experimentación biomédica, que se adelanta para el desarrollo de una vacuna que beneficiaría a millones de personas. Si bien la investigación es producto de décadas de trabajo, ningún resultado ha tenido luz verde y los micos nocturnos continúan llegando de la selva al laboratorio.
Escuchemos el llamado de ayuda de estos primates y atrevámonos a vislumbrar los alcances y las falencias éticas de la experimentación con los micos nocturnos que habitan la selva espesa, a través de una historia en la que científicos, comunidades indígenas y activistas tienen la palabra: