Ante la imposibilidad de patentar tradiciones, conocimientos de yerbateros y recetas de las abuelas han hecho posible su conservación.

Multimedia realizado para la clase de Storytelling del conocimiento (octavo semestre, 2020-1), con el profesor Fernando Cárdenas.

El interés por el uso de las plantas medicinales desde el campo investigativo, medicinal y legal ha permitido entender cómo las hierbas han hecho parte del patrimonio cultural y los saberes colectivos de los colombianos. Los yerbateros y su dedicación han permitido que este mercado no se extinga y en la Plaza de Mercado Samper Mendoza se conserva la esencia del oficio, que incluye compartir las prácticas ancestrales que desde lo natural contribuyen a que cualquier enfermedad o síntoma mejore.

El crecimiento de la industria farmacéutica en Colombia y su atención a las plantas medicinales, diversas por ser cultivadas en suelo tropical, ha traído consigo retos para el mercado yerbatero. Hay bajas en ventas pero esto no imposibilita que desde la Plaza se haga el laborioso proceso de distribución de los cientos de variedades de plantas que se han utilizado desde tiempos antiguos para sanar malestares en Colombia. La tradición de las abuelas no tiene límites y las hierbas calentanas, sabaneras, dulces y amargas, siguen aliviando malestares y condimentando o aromatizando deliciosos platos de la gastronomía nacional.

Ante la necesidad de esclarecer la falta de protección y el vacío legal sobre el consumo y las prácticas de las plantas medicinales, desde el Departamento de Propiedad Intelectual de la Facultad de Derecho de nuestra universidad, se ha analizado si es posible lograr una patente sobre las prácticas yerbateras. Pero, si las recetas caseras con base en estas plantas son de conocimiento público, ¿es posible atribuirle a una persona la patente?, o mejor aún: ¿es posible patentar una tradición? Se trata de preguntas que exigen respuestas para proteger uno de los mercados con más trayectoria en el país: el yerbatero.