Construir una urbe feminista
El miedo que produce pasar por una calle sola, con poca luz o desprovista de vegetación, ha hecho que se empiece a pensar en la urbe feminista.
Especial convergente realizado para la clase de Taller de Convergencia (octavo semestre), con la profesora Mónica Parada Llanes.
El miedo que da muchas veces al pasar por una calle sola, sin poca luz, o no ver árboles, naturaleza y esa esencia de ciudad verde y tranquila, ha hecho que se empiece a buscar soluciones, y que se cree lo que se conoce como la urbe feminista.
A través de los años las mujeres, y las minorías, han ido ganando un terreno importante frente a sus derechos, y esto ha generado que se piense en acciones que modifiquen las ciudades para una mejor convivencia. Lo anterior conlleva a pensar en los espacios de convivencia, si realmente se piensa una ciudad incluyente.
Este tema, que se ha venido trabajando cada vez con más fuerza y con una iniciativa mayor, es conocida como urbanismo, urbe o incluso, arquitectura feminista, en donde se realiza una apuesta por mejorar las condiciones de vida y volver a recoger ese sentimiento de que la ciudad es de los ciudadanos, pensándolo desde la seguridad, el ocio y el relacionamiento con el otro.
Es por esto que este trabajo trae consigo ese marco conceptual, y a su vez, las experiencias de colectivos que le apuestan a este estilo de vida, pero también los testimonios de algunas mujeres que dentro de esta urbe no pensada para todo tipo de personas, se han sentido violentadas.
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