Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Comunicación fallida

La historia del vuelo del Chapecoense narrada por la controladora aérea Yaneth Molina.

Editado por: Sergio Enrique Jiménez Salazar

Entrevista realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre-2024 I), bajo la supervisión del profesor Sergio León Ocampo Madrid.

El 28 de noviembre del 2016, el vuelo 2933 de la aerolínea LaMia con destino al aeropuerto Internacional José María Córdova de Medellín, marcó la aviación y sobre todo la vida de Yaneth Molina, quien en los minutos previos a las 9:58 pm estaba detrás del transmisor tratando de minimizar una tragedia que se le salía de las manos. Yaneth en su libro yo también sobreviví nos cuenta como le dijo a su madre que ella era la controladora aérea del Chapecoense: “Lulita, ¿Quién era el controlador que estaba esa noche?, -le dije, controladora madre, ¿cómo así Lulita, era una mujer?, – Si madre era yo”.   

Yaneth Molina, comunicadora social y periodista, apasionada por la aviación se vio influenciada por su hermano quien también era controlador de tránsito aéreo. Él la incentivó a pertenecer a este mundo; gracias a esto ahora cuenta con 28 años de experiencia trabajando en aeropuertos internacionales y actualmente en el José María Córdova y el Olaya Herrera en Medellín. Su carrera comenzó con una formación en el centro de estudios aeronáuticos (CEA), que dura aproximadamente 10 meses. En este lugar le dieron las herramientas para incorporarse como controladora aérea, “pero para llegar acá se deben pasar muchas etapas, como la formación en aeródromo, aproximación y vigilancia radar. Actualmente soy supervisora. Para esto han pasado muchos años y experiencias, que es lo que permite que el conocimiento llegue a este punto”.  

La experiencia más dura que ha tenido Yaneth fue el vuelo del Chapecoense. A pesar de los años, aún le es difícil hablar sobre el tema. Nunca se le olvidará todo lo relacionado con el accidente, empezando por los factores que lo ocasionaron y que están plasmados en la investigación y el reporte oficial de la entidad aeronáutica. En él se expresan diferentes aspectos como causa principal: el combustible insuficiente para llegar al destino, la comunicación, la gestión de recursos de la tripulación (CRM) que se enfoca en el uso óptimo de todos los recursos disponibles para la tripulación de vuelo. “En mi caso nunca había tenido una situación de esta magnitud, ni siquiera un fallo de comunicaciones que uno puede tener en su operación normal, una alerta por alguna prioridad que hubiera requerido alguna aeronave; nunca me había sucedido”, asegura ella. “La situación se prestó de esa manera y posiblemente, que ayudo a lograr superar esto podría haber sido peor; mi conocimiento, mi capacitación y mi experiencia, todo esto fueron algunos eslabones que ayudaron a que la situación no tuviera una peor consecuencia, aunque el resultado no fue el mejor, obviamente.  

 Esa noche había bastante circulación aérea y para Yaneth es difícil recordar con cuántos aviones tenía comunicación en ese momento. Los controladores aéreos cuentan con la capacidad para brindar el servicio a muchas aeronaves al mismo tiempo; deben estar muy pendientes y tener una alerta situacional muy alta. Ese día ella no fue informada de la condición del avión de manera clara y correcta. Uno espera, desde la parte de control aéreo, que la tripulación notifique lo que está pasando abordo; si a ti no te cuentan nada de x o y situación, es difícil adivinar. La función de tránsito aéreo es trabajar en equipo de la mano con los pilotos; cuando no se tiene una información certera, no se puede brindar bien el servicio. Para Yaneth, es importante que la nave le comunique de manera específica lo que está sucediendo para ayudarlos en cualquier circunstancia por la que estén pasando.  

Ese día, Yaneth se encontraba en contacto simultáneo con varios aviones y estaba en una posición de emergencia de gran magnitud, pero esto no causó en ella un estado de estrés; por el contrario, se mantuvo con calma gracias a su preparación en situaciones de alto riesgo. Se queda pensando y recuerda: “yo recurro a mi experiencia, a mi tranquilidad y presto el servicio, pero si yo no tengo una información clara, es muy difícil que yo actúe. Cuando la aeronave ya realmente notifica que tenía un inconveniente, ya era muy encima”. Sin embargo, Molina asegura que la toma de decisiones por su parte fue buena debido a su experiencia, lo que evitó cualquier otra situación.  

Fernando Goytia era el primer oficial de la aeronave y cuando hizo la notificación de emergencia, ya no había nada que hacer. “Ya estaba en descenso, como cuando cae una plancha; por mi cabeza pasaron muchísimas cosas, entre esas, mi hijo es piloto y yo decía: Dios, ojalá nunca me le vaya a suceder esto y que si tiene una emergencia, que haya alguien de verdad que le dé tranquilidad y lo vaya ayudando”. Eso es lo que hoy en día Yaneth les dice a sus estudiantes: nunca se queden callados, siempre notifiquen, siempre cuenten qué está pasando. “Cuando tú vas en tu carro, te quedas sin gasolina y quedas varado en alguna esquina, pero una aeronave no; el avión, por el tema de la gravedad, cae, eso fue lo que le sucedió al avión”. Después de 8 años, Yaneth piensa que por parte de las tripulaciones se pudo haber hecho algo diferente, como no quedarse callados, ya que el soporte de los pilotos son los controladores aéreos para que tengan un aterrizaje seguro y puedan continuar con su vuelo sin contratiempos.  

Por otra parte, Molina afirmó recibir diferentes amenazas, el mundo del fútbol mueve muchas pasiones. “Nunca tuve conocimiento del origen de las amenazas”. Señala que, de igual forma, fue un tema que denunció y, con respecto a eso, puede estar tranquila, pues en los reportes de investigación de accidentes se destacó que realizó un buen trabajo; pero por el lado de las amenazas, muchos resultaron afectados. “Me decían de todo, a través de mi familia y mis amigos; me buscaban por todo lado con personas externas que residen en el mismo lugar donde vivía antes, estaban pendientes de mis movimientos”. Al ser tan peligrosas estas advertencias, se acudió a las autoridades para que la ayudaran.  

Al mismo tiempo, se filtraron sus conversaciones con el copiloto Goytia. Según Yaneth, eran comunicaciones que no se debieron difundir por protocolos de seguridad hasta llegar a los medios. “Es la justicia y las entidades aeronáuticas quienes consideran si fue correcto o no”. El apoyo por parte de su familia fue sumamente importante.  También, fue asesorada desde la parte psicológica y psiquiátrica por parte de un grupo interdisciplinario y así logro salir adelante, “tenía que ser un ejemplo para mis hijos”. Su esposo fue parte importante de este proceso, él es abogado aeronáutico y la ayudo en esta experiencia. “La aviación es una pasión para mí, siempre me ha gustado, llego un momento en toda mi etapa donde no quise saber nada de tránsito aéreo y nada que estuviera relacionado”. Pero con los días Yaneth se volvió resiliente, empezó a dar charlas y a socializar sobre el tema, “todo esto es una manera de ayudarme a sanar”. El tiempo en el que se demoró en volver a su puesto de trabajo fue alrededor de un mes y medio donde decidió seguir adelante por su pasión.  

Yaneth garantiza haber tenido contacto con los sobrevivientes del vuelo 2933 de la aerolínea LaMia. Se reunieron y hablaron del tema como lo relata en su libro “yo también sobreviví”, sobre todo de la comunicación que tuvo con el papá del piloto Miguel Quiroga. De las mil cosas que pasaban por su cabeza lo que más estaba presente era como la juzgaban por ser la última en haber tenido contacto con la tripulación. Yaneth fue la que les brindo el servicio y fue con quien más tuvieron comunicación.   

Su libro es una crónica en primera persona, donde se relata lo que vivió, las experiencias que tuvieron como familia, lo que paso en esos momentos, las etapas que enfrento y su contacto con los sobrevivientes, “cada vez que yo abordo el libro, se me eriza la piel, me da mucha tristeza leer algunas partes”. Para Yaneth una de sus partes favoritas en este libro fue cuando hablo con su madre, “le dije esto con un largo suspiro para no terminar en llanto otra vez, mi madre guardo silencio por unos segundos que para mí fueron minutos eternos y me cuestionó de forma directa y preocupada, ¿lulita tu tuviste la culpa?, no madre de ninguna manera, parece que fue por gasolina, ay ni joda lulita menos mal.