Las puertas del infierno: calle 10 con carrera 15
Rafael Taibo, uno de los personajes más influyentes en el mundo de lo paranormal, cuenta su experiencia en El Bronx después de su intervención.
Editado por: profesora Estefanía Fajardo De la Espriella
Entrevista realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre-2023 II), bajo la supervisión del profesor Sergio León Ocampo Madrid.
“Eran cuatro caminos, cuatro periodistas y cuatro de rating” me dice Rafael Taibo entre risas
mientras recuerda sus inicios antes de llegar a “Ellos están aquí”. Se acerca a mí con ese
acento español de ultratumba que lo caracteriza, sin dejar de lado su radiante sonrisa.
-Hablemos de El Bronx
-Dispara
-Se que fueron episodios pesados en donde se enfrentaron a la oscuridad. Es difícil sacarse de
la cabeza la intranquilidad de que el daño psicológico trasciende al daño físico.
-Estamos de acuerdo
¿Que me puede decir de ese segundo capítulo en donde fue testigo del incidente que dejó a
Alexander Torres y a Isabel Goyenenche con quemaduras de segundo grado cuando visitaron
este lugar?
-Cuando se los llevaron esa noche en una ambulancia Alex me llamó y me dijo: “iros de ahí,
hay una energía terrible” y yo dije: “¿qué hago?” pues era imposible que el ritual que
estábamos haciendo explotara, los materiales que usamos esa vez no eran inflamables. No
hubo y aún no hay una explicación científica de lo que pasó. Mis compañeros sintieron como
el demonio les abrazó la cara. Después de un rato decidí continuar y afrontarlo. Me fui yo
solo, y dije a ver que hacen conmigo. Yo creo que todo eso hay que enfrentarlo.
-¿Si le hubiera ocurrido lo que le ocurrió a ellos hubiera vuelto al Bronx o se hubiera alejado
del mundo del misterio?
-Lo llegué a pensar. Dije, hasta acá llegó “Ellos Están Aquí” porque hay un peligro físico.
Luego de que Isa y Alex se recuperaron me dijeron que había que regresar y enfrentar eso.
Fuimos con un catedrático de química de la Universidad Nacional y replicamos exactamente
el mismo ejercicio con los mismos ingredientes y no pasó nada. En ese tercer episodio
llevamos bomberos y ambulancia por si acaso. Ahí fue donde entendí que no ha habido nada
de todo lo que he vivido que me haya hecho retroceder mi paso. El susto te lo llevas, el susto
es inevitable, pero el miedo lo enfrentas y al enfrentar tus miedos asciendes a otro nivel. Y te
das cuenta que lo realmente importante en estas experiencias no es ver al fantasma, es
enfrentar tus miedos porque eso te hace crecer como persona, autoconocerte y afianzar todo
tu estímulo. Es chévere.
-Es curioso, no todo el mundo se atreve a dar el siguiente paso ¿Cuáles son sus motivos?
-Todo comienza con Teté.
-¿Quién es Teté?
-Yo soy Teté, así solía llamarme mi madre, pero la historia no es tan divertida como el
nombre. Todo ocurrió estando muy pequeño. Yo estaba durmiendo y me desperté a las tres de
la mañana. Según expertos esa es la hora de la baja luz, del demonio, del Averno. Se me
apareció una señora con aspecto fantasmal y duré toda la noche metido debajo de una sábana
esperando a que entrara la luz del sol por las cortinas. Cuando amaneció corrí a contarle a mi
madre y ella me dijo una de las cosas que más me marcaron de por vida, por supuesto no
esperaba esa respuesta.
-¿Qué le dijo?
-Me dijo: “Teté… ella era tu abuela. Lo que hizo ella fue un acto de amor, te quiere tanto que
está en el más allá, pero mientras duermes viene a visitarte para verte y te aseguro que ella se
asustó más que tú cuando la viste” Luego corrí a buscar fotos sobre ella y me di cuenta de
que era la misma mujer que yo había visto la noche anterior. Nunca supe cómo era ella hasta
ese día, por eso fue que no la reconocí.
“Mira, mira” Taibo señala sus brazos mientras muestra cómo sus pelos se erizan al recordar
tal suceso. “Eso cambió mi perspectiva e hizo que se despertara el interés por todos estos
fenómenos y lugares llenos de misterio. Sin sospechar jamás que iba a acabar dirigiendo un
programa rodeado de expertos que me abrirían muchas puertas a nivel personal y profesional.
Pero las peores fueron las puertas del infierno, las del Bronx”.
“Antes de atravesar las puertas del infierno me encontré con muchas historias pero ninguna se
comparaba con la de El Bronx. Hicimos una investigación porque a un vigilante en RCN se le
aparecía el fantasma de una niña en varios de sus turnos nocturnos. Pasaron cosas
interesantes y decidí transmitir eso en el programa Cuatro Caminos ” Dice Rafa mientras
muestra una expresión de asombro y misterio.
-¿El programa se salvó?
-Si, eso se estrenó un domingo con el nombre de “Los Fantasmas de RCN”. El lunes me
llamó el presidente del canal de ese entonces, Gabriel Reyes, un tipo formidable. Me dijo, no
sé qué has hecho, pero el 4 de rating se ha puesto en 12”.
-Menos mal ¿Qué pasó después?
-El Bronx fue una de las primeras investigaciones que realizamos, creo que fue la tercera.
Tuvimos la fortuna de entrar a los tres o cuatro días de que las fuerzas de seguridad del
Estado desalojaran y vaciaran el lugar. Fue algo retador. El hecho de entrar a una olla donde
había prostitución, narcotráfico, asesinatos y brujeria era algo fuerte viendolo desde el lado
del misterio. Ni la mismísima Policía se atrevía a entrar a ese lugar. Fue una de las
experiencias y aventuras más increíbles e intensas que he vivido.
Mientras le sonríe a la cámara con su mirada misteriosa e inconfundible que el mundo entero
ha visto bajo la luz infrarroja en su programa “Ellos están aquí” menciona que allí fue donde
conoció al padre Cristian Piedrahita. “Fue la primera vez que participó en una investigación y
hoy es obispo. Luterano, pero obispo”, continúa usando un tono irónico.
– Rafa ¿Pero por qué decidieron ir a ese lugar?
– Pues hombre, te podrás imaginar la magnitud energética de ese lugar. La teoría es que en los
lugares donde se acumulan sentimientos poderosos relacionados sobre todo con la tragedia o
aquellos lugares donde la gente sufre, se despliegan una serie de energías que quedan
arraigadas allá. En El Bronx la gente no solo sufría, sino que también moría. Y en ese
entonces era un lugar fresco por lo que sabíamos que habría una alta probabilidad de
experimentar fenómenos, digamos, inexplicables. Y así fue. Esto para mí se convirtió en un
objetivo prioritario y lo logramos de la mejor forma.
Mientras se acomoda su chaqueta repleta de pines y juega con su barba tan característica y
afilada narra lo que vio allí usando una narrativa cercana a la fantasía. “Este es un lugar
maldito lleno de puertas entreabiertas a una oscuridad profunda, demoníaca. Es la auténtica
puerta al Averno. Nos encontramos unos bidones en los que almacenaban el ácido y un cuarto
siniestro en el que las víctimas eran colgadas de una viga para ser torturadas. En este lugar
ubicado en la casa de pique también descuartizaban personas para posteriormente desintegrar
en ácido los restos de los muertos. El monstruo que estaba detrás de esto nunca fue capturado,
no hay rastro de él. Algunos sostienen que se suicidó antes de caer en manos de la Policía y
que su cuerpo se pudre entre las paredes, oculto en alguna caleta secreta”.
-¿Qué tan cierto es que había perros?
-Estuve en varios cuartos con rejas donde solían tenerlos, lo vi con mis propios ojos.
Recordar eso es un tormento. Es una maldad propia de los tiempos más terribles de la antigua
Roma, cuando los prisioneros eran arrojados vivos a los leones hambrientos. ¿Cómo es que
torturaban una manada de perros hasta que la rabia, la ira y el hambre los enloquecieran y se
convirtieran en fieras? Eran monstruos sedientos de sangre que torturaban a seres humanos
indefensos destruyendo sus extremidades ferozmente entre los barrotes de acero.
-¿Al ver todo esto cambió su percepción del lugar antes y después de estar allí?
-El lugar ya de entrada era para cagarse del miedo. Era un lugar tétrico. Lo más estremecedor
era que a medida que iba descubriendo casa tras casa me daba cuenta de que cada una era
peor que la anterior. Nos encontramos con condiciones infrahumanas jamás vistas. Había
habitaciones de dos metros cuadrados en donde veías dibujos en las paredes hechos por
niños, sangre salpicada y derramada, graffitis alusivos a lo demoníaco, a Satanás y a la
brujería. Lo peor fue ser consciente de que estaba viendo ropa de bebés, muñecas, juguetes,
entre otras cosas. Y yo decía, ¿cómo podían vivir aquí niños? Eso es lo que realmente me
encogía el corazón.
Subiendo el tono de voz y con seguridad dice: “Pero claro que me cambió la percepción. De
hecho yo regresé en varias oportunidades a El Bronx en distintos momentos después de
grabar los episodios. Y hoy no queda nada más que una casa que van a convertir en museo y
algunas obras que aún están en proceso. Algo muy curioso que me consta es que los
vigilantes nocturnos no se atreven a hacer la ronda en solitario. La hacen de dos en dos o de
tres en tres. Porque siguen existiendo fenómenos inexplicables que se desatan a diario”.
-A pesar de la reconstrucción del Bronx y todo el tema del distrito creativo ¿Cree que hay
cosas que van a permanecer allí por siempre?
-Sin lugar a dudas. De hecho, ahí están.
Sumiéndose entre risas da un golpe a la mesa y menciona que: “El distrito creativo también
va a ser el distrito terrorífico. Pero en el fondo la reflexión es que no hay que temer a esas
energías porque cuentan las historias que alguna vez fueron silenciadas”.
-¿En algún momento vio fantasmas?
-Si, de hecho es una secuencia curiosa. Estábamos en la Casa De Pique y asomé mi mini
cámara por una ventana cuando de repente cayó un objeto desde la terraza que parecía ser
pesado pero por la baja cantidad de luz no alcancé a ver qué era. Luego subimos al tercer piso
en donde volví a grabar por la ventana y cuando revisamos el material se ve claramente cómo
se desliza una mano casi que alienígena por una ventana que estaba arriba de mí. Más
adelante repetí la misma acción en donde vimos un cuerpo extraño trepando por la pared
hacia la terraza. Cuando subimos a la terraza no había nada más que escombros y algunas
psicofonías que captamos con nuestros equipos. Lo que sea que estuviera ahí nos quería
fuera. Así fue como decidimos irnos, pero mientras bajabamos entramos a un cuarto a revisar
con que nos podríamos topar. Es allí donde vemos por medio de un vidrio una cara sombría,
pálida y demoníaca, propia de una película de terror. Todo eso quedó filmado.
Con la piel de gallina, Rafa se nota inquieto, pues narrar estos hechos demuestra que incluso
después del desmantelamiento de El Bronx siguen existiendo cosas sombrías que
acompañarán este lugar por mucho tiempo. Luego de terminar con su secuencia macabra me
tomó de la cabeza y la sacudió mientras me daba su discurso final: “Después de tantas cosas
el mayor misterio y el mayor milagro de la creación no es el fantasma o el misterio. No es la
infinitud del universo. Eres tú. Tú eres el mayor milagro y el mayor misterio. Cómo funciona
tu cerebro con el que eres capaz de crear, de comunicarte, de percibir. Ese es el mayor
misterio”.
-¿Pero qué hace usted frente a los escépticos? Porque yo sí le creo.
-Mi teoría se basa en que es importante lo que tú experimentes, no lo que yo te cuente. Lo
importante es que tú eres luz. No hay una luz más poderosa en el universo que la que tú
desprendes. Y la oscuridad solo son sombras. Cuando en la oscuridad prendes la luz, las
sombras desaparecen. Por eso, yo digo que en esto de lo paranormal, la única verdad absoluta
es que no hay ni una sola verdad absoluta. Siempre me pregunto ¿Hasta qué punto es la
sugestión o hasta qué punto es que realmente suceden cosas? ¿Hasta qué punto las cosas que
suceden son fruto de otros planos de existencia o son fruto del poder desconocido en nuestra
propia mente que de una manera subconsciente hace que esos fenómenos sucedan? Todo esto
es un misterio. Y lo más apasionante para mí es tratar de resolver esos misterios. Estoy
seguro que vendrán muchas más preguntas, respuestas e historias, pero ninguna como la de El
Bronx, esas son las verdaderas puertas del infierno.