Abran paso al tranvía
Una réplica de tranvía viaja hacia el pasado en medio de las calles más emblemáticas del país.
Editado por: Victoria E González
Fotorreportaje realizado para la clase de Taller de géneros periodísticos (Cuarto semestre -2024 lI), bajo la supervisión del profesor Estefanía Fajardo de la Espriella.
Bogotá tiene 7,929,538 habitantes, un gran porcentaje de esos habitantes provienen de los constantes desplazamientos de las regiones y periferias del país, como consecuencia de la violencia y la industrialización. “Bogotá es la ciudad de todos y de nadie”, dice el guía del tranvía de la capital, Ricardo Jiménez; una frase repetitiva, origen de infinidad de discusiones acerca de la ciudad, que remite a un fenómeno que se define como la identidad ‘cachaca’, es decir las características particulares que posee un ciudadano nacido en la capital del país cuyos padres comparten su origen. La identidad cachaca es cada vez más escasa debido a la llegada de personas de otras ciudades de Colombia y el mundo que traen consigo sus costumbres y acentos con formando algo que podría llamarse un conglomerado cultural.
Las múltiples necesidades y obligaciones cotidianas exigen el desplazamiento de los habitantes de Bogotá de extremo a extremo. ‘Tranvía’ es una palabra que, sin importar la globalización, se desconoce en la actualidad. Durante el período precolonial, el transporte urbano no era una necesidad, ya que las personas se desplazaban a pie con comodidad. Sin embargo, con el paso de los años, la instalación de nuevos medios de transporte, han generado cambios significativos en la estructura de la ciudad y el espacio público. Actualmente, los ciudadanos se encuentran sometidos al caos de la movilidad, por lo que conocen con exactitud los medios de transporte público de la capital junto con los medios no regulados e informales. No en vano, la frase más común de los últimos tiempos en la ciudad es “Bogotá queda a dos horas de Bogotá”.
En medio de las fiestas decembrinas de 1884, nació el Tranvía de Bogotá, un medio de transporte masivo que rodaba sobre rieles de acero, importados desde el Reino Unido, reemplazando los originales de madera que generaban altos costos. La primera línea del tranvía recorría la Plaza de Bolívar, la plazoleta San Diego, la calle 26 y terminaba su recorrido en Chapinero. Posteriormente se amplió a más zonas de la ciudad. “Cuando nuestra Bogotá era más pequeña, el tranvía era el espacio donde la gente socializaba y se informaba”, afirma Diego Ayure, coordinador de ‘Tranvía de Bogotá’. Años después, en 1910, llegó a la ciudad el tranvía eléctrico, que permitió mayor acceso al servicio de los barrios del sur, igualmente, nació la Empresa del Tranvía Municipal de Bogotá.
Pero como lo bueno dura poco, el 9 de abril de 1948 varios vagones del Tranvía fueron quemados debido a los hechos de orden público que se desataron durante el Bogotazo. Y así fue como el tranvía falleció, al igual que Jorge Eliécer Gaitán, probablemente “el que iba a ser el primer presidente de izquierda de Colombia”, dice Ricardo. Este hecho dio paso a la inestabilidad del servicio, hasta que, en 1951, el Tranvía dejó de funcionar en su totalidad por decisión del alcalde de esa época, Fernando Mazuera Villegas.
En el nuevo milenio, año 2000, se crea Transmilenio. Uno de los transportes masivos más cruciales de la ciudad. Resultado de una necesidad por minimizar el caos de la movilidad y facilitar la accesibilidad de los habitantes de cada rincón de la capital. En la hora pico o estándar, se reúnen un centenar de culturas e identidades. Tal vez el Transmilenio es lo que algún día se pensó que iba a ser el tranvía en el futuro, pero la modernidad no coincidió para su pertenencia.
Por ahora, el tranvía solo permanece en el recuerdo, transformada en una atracción turística en la que se comparten fragmentos de historia y se representan a algunos personajes del país; a través de un performance en medio de la velocidad y las risas de los pasajeros.
Renacen personajes como: ‘La loca Margarita’, ‘El bobo del tranvía’, Policarpa Salavarrieta y Rafael Pombo. Su servicio se encuentra disponible en el centro de la capital, gracias a la empresa ‘Tranvía de Bogotá’. “Es un buen sistema para volver a implementar, óptimo y persistente; sobre todo si se tiene pensado en adecuar una vía por la carrera séptima”, comenta Diego Ayure.
Este servicio conserva la estructura “original” de aquel que fue un medio de transporte masivo, pero por el momento es de todos y de nadie.
Diego Ayure, coordinador de ‘Tranvía de Bogotá’ desde 2011.
Guía del tranvía, Ricardo Jimenez.
Tranvía de Bogotá esperando a sus pasajeros, ubicado frente a la Casa Museo de la Moneda y la Biblioteca Luis Ángel Arango.
Actriz: Lina Sánchez como ‘El bobo del tranvía’
‘El bobo del tranvía’ fue un agente vial que molestaba a los conductores, pasajeros y peatones, que contravenían las normas de tránsito.
Actriz: Tomie Martinez como ‘La loca Margarita’.
‘La loca Margarita’ Fue una celebre maestra en Fusagasugá, Cundinamarca y seguidora del Partido Liberal.
Actriz: Tomie Martinez como Rafael Pombo
Rafael Pombo fue un poeta, fabulista y traductor. Entre sus obras más famosas, se encuentran: el renacuajo paseador y la pobre viejecita.
Actriz: Lina Sánchez como Policarpa Salavarrieta.
Policarpa Salavarrieta Ríos, apodada ‘la pola’, fue una espía y heroína de las fuerzas independentistas criollas durante la reconquista española