Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Chalecos antibalas de papel

En México, la prensa se ha visto amedrentada por su gobierno. Este es un análisis sobre la ética y el oficio del periodista en un país de censura.

Editado por: Laura Sofía Jaimes Castrillón

Columna de opinión realizada para la clase de Pensamiento crítico y argumentativo II (Segundo semestre-2024 I), bajo la supervisión del profesor Guido Leonardo Tamayo Sánchez.

La propuesta del presidente “AMLO” de revelar los ingresos de los periodistas ha desatado una tormenta de opiniones. ¿Es esto un acto de transparencia o una metida de oreja innecesaria en la vida privada de los comunicadores?

Desde mi punto de vista, la transparencia financiera puede ser una herramienta valiosa para construir la confianza del público en los medios de comunicación. Sin embargo, exigir esta revelación de ingresos específicamente a periodistas críticos del gobierno podría interpretarse como un intento de intimidación, algún mensaje para quedarse en silencio o una represalia.

Mientras que algunos defienden esta medida como un paso hacia una mayor rendición de cuentas, otros la ven como una violación del derecho a la privacidad. Además, ¿por qué centrarse solo en los periodistas? ¿Qué pasa con otros profesionales que también ejercen influencia en la opinión pública, hasta en los manejos de medios en el gobierno?

En este debate, es importante considerar las opiniones de diferentes expertos en el campo. Por ejemplo, la periodista Elena Poniatowska –periodista mexicana- ha expresado su preocupación por la falta de un verdadero compromiso del gobierno con la protección de los periodistas en un ambiente cada vez más peligroso.

La cuestión de la transparencia financiera en los medios no es solo sobre los ingresos de los periodistas, sino también sobre quién está detrás de la financiación de los medios y cómo eso puede influir en su cobertura. Aquí es donde entra en juego la ética periodística y la responsabilidad de los medios de comunicación hacia sus audiencias.

Por último, la verdadera protección del periodismo no vendrá de la revelación de los ingresos, sino de un compromiso genuino con la independencia editorial, la objetividad y la búsqueda incansable de la verdad. Por lo tanto, los periodistas seguirán enfrentando desafíos en su búsqueda por informar de manera ética y responsable sin ser sesgados por un gobierno o autoridad en contra de sus principios y deberes.

¿Cómo se puede lograr una correcta ética sin ser censurado en el intento?

Es un papel complicado, y más viendo este panorama en México donde el dinero mancha u opaca la relevante actitud de un periodista, ¿cómo es posible que una burocracia o ese dinero impreso llamado papel consuma un oficio creado para ser honesto?

Desde un punto de vista íntimo, un gobierno, una persona, un director, o un jefe, no tienen nada que ver o qué hacer en un medio de comunicación sea privado o independiente, incluyendo el medio institucional, ¿desde cuándo los medios hacen parte de un gobierno?  si ya sabemos que van a hablar de la visión del poder y a favor de un gobierno de turno, y jamás nos van a mostrar la otra cara de la moneda.

Esa es una ética muy personal, ya que toda información periodística se basa en las dos caras, no solo de una que beneficie a una minoría y diga lo que ellos quieren oír, sino la otra cara que nos muestre un prospectiva crítica e imparcial que beneficie a todo el mundo y resalte nuestro bello oficio como el más honesto, transparente y para el pueblo.