¿Realmente estoy dispuesta?
Tras las reflexiones de Ryszard Kapuscinski, aquí las incertidumbres de una joven aprendiz del periodismo.
Editado por: Laura Sofía Jaimes Castrillón
Columna de opinión realizada para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre 2022-1).
Ryszard Kapuscinski es uno de los mayores referentes para el periodismo del siglo XXI. Además de contribuir a esta profesión con su trabajo como reportero, sus reflexiones sobre el oficio de periodista llegan a ser realmente poderosas para aquellos que persiguen un lugar en esta labor. En mi caso, sus palabras me llevaron a dudar mucho más si quiero dedicar mi vida a esto.
Las páginas de Los cínicos no sirven para este oficio contienen verdades que considero que debemos tener en cuenta para ser periodistas. En “Ismael sigue navegando…” Kapuscinski afirma que este es un trabajo que ocupa toda nuestra vida y se le dedica las veinticuatro horas al día. “No hay otro modo de ejercitarlo”, dice. En eso estoy de acuerdo. La exigencia que se necesita para investigar, comprender los acontecimientos y luego comunicarlos no es una tarea sencilla. En especial si uno busca hacerlo bien, es decir, consultando las fuentes indicadas que proporcionarán el mejor panorama de lo sucedido. Se debe poner alma, cuerpo y tiempo en lo que se le mostrará al público. Además, y esto es un factor muy importante, se debe creer en lo que se está haciendo.
Ahora el mundo está cambiando. Se ha vuelto más rápido, abrupto y fugaz. Por lo tanto, el oficio demanda más atención. Hay que estar más pendientes de todo lo que pasa en instantes. Esto también lo menciona Kapuscinski. Así, en un mundo que no se detiene, y con las palabras de este periodista en la mente, me pregunto si realmente estoy dispuesta a entregarme al oficio del periodismo; si estoy segura de que podré dedicarle cada instante de mi día a una labor cuyo objetivo es mantenerse actualizado. Cabe mencionar el incesante bombardeo de información que el internet y las redes sociales proporcionan. Por esas razones, no creo que disfrute llevar un estilo de vida tan acelerado.
Sin duda el nivel de producción aumenta, pues la audiencia exige más información. Nosotros debemos cumplirle. Admito que este aspecto no me atrae mucho. Los medios establecen un mínimo de publicaciones y si no se cumple se ve reflejado en dinero. Sin embargo, encuentro curioso la postura de Kapuscinski frente a un panorama como este. Aunque el periodismo se mueve en medios que funcionan con el dinero (como cualquier otra cosa en la sociedad), él no establece esto como el eje y se mantiene apasionado al propósito del periodista.
Su pensamiento de hablar por aquellos que no tienen voz como obligación moral del periodismo me intriga. Frente a una potencia cuyo principal interés consiste en generar más ganancias, este hombre nos recuerda que se debe hablar por los que no pueden. Así, evitamos dar por sentado lo que no está a nuestro alcance.
A pesar de mi incertidumbre, admito que sí hay cosas en las que creo y me cautivan de esta profesión. Por ejemplo, concuerdo en que el periodismo sí debe servir para descentralizar el pensamiento de un grupo que no puede ver más allá de su entorno. Debemos concientizar sobre el mundo que existe, mostrarle a esa población que hay lugares y personas más allá de la élite o la gran ciudad. Tampoco podemos quedarnos con los hechos, debemos entender por qué ocurrió y cuál fue su motivo. Es decir, escarbar hasta lo más profundo.
Además, recordemos que no sería posible ejercer esta profesión sin esas mismas personas cuya historia debe ser contada. Los que llamamos “fuentes”. No se puede hacer periodismo sin humanidad.
Mientras defino mi posición con respecto al oficio de periodista, igual que a Kapuscinski me reconforta el hecho de ver a otros jóvenes interesados y comprometidos a seguir este camino. Necesitamos de otras formas de pensar y nuevas perspectivas para descifrar este mundo, de lo contrario, ¿quién más lo hará? Por el momento, me dedicaré a aprender del periodismo las herramientas que presiento saber que me funcionarán y con el tiempo, evaluaré si realmente estoy dispuesta a asumir esta labor.