El preocupante panorama del sector cafetero en Colombia frente al cambio climático
Los caficultores enfrentan grandes desafíos para sus cultivos. El cambio climático es uno de ellos, pues la producción óptima del café se ha visto conflictuada ante la dificultad de controlar las plagas y enfermedades que troncan el desarrollo de las plantaciones en distintas regiones del país.
Editado por: Profesora Estefanía Fajardo De la Espriella
Reportaje realizado para la clase de Introducción al Lenguaje Periodístico (Tercer semestre 2024-1), con la profesora Estefanía Fajardo De la Espriella.
Colombia es reconocido por su sector cafetero, ocupando el tercer lugar a nivel internacional. Este reconocimiento se debe al clima tropical, biodiversidad y suelos fértiles, pero también a técnicas de recolección y selección tradicionales que han garantizado un café de alta calidad. Sin embargo, el cambio climático desafía a la agricultura nacional y mundial. En el país se ha convertido en un mal imposible de ignorar para el sector cafetero, pues pone en peligro la subsistencia de los cultivos y el ritmo de producción en el país tras periodos climáticos impredecibles, que propician la aparición de especies invasoras y de enfermedades en los cultivos.
En resumen, el cambio climático determina la producción óptima del café, ya que dificulta el control de plagas y enfermedades en los cultivos de distintas regiones del país.
Janeth Alfonso y Ulises Bustos son una pareja dedicada a la agricultura en la finca Santa Inés, ubicada en la vereda Térama del municipio El Peñol, Cundinamarca. Destinan parte de su tierra al cultivo de café, pero tras las recientes olas de calor y graves lluvias han enfrentado distintos desafíos para el cuidado de este y otros de sus cultivos. “El cambio brusco de un sol incandescente todo el día y, que de un momento a otro, le caiga un aguacero muy fuerte, hace que el grano se queme y además que se proliferen enfermedades como la roya. Porque se provoca humedad en la planta”, explica Janeth.
Esta situación exige mayor control para evitar cambios en las condiciones vitales de los cafetos y de sus granos, los cuales dependen del estado climático que se presente: “cuando hace mucho calor se produce un efecto en la maduración del café, porque se retarda un poquito y muchas veces se quema el café dentro de la mata”, añade Ulises.
Frutos del café quemados por un solo costado tras cambios bruscos del clima
Por otra parte, el suelo es un factor importante para tener cuenta, pues las condiciones climáticas pueden afectar los cafetales desde su fase de crecimiento hasta su desarrollo; durante el proceso, la acumulación de humedad puede generar el crecimiento de hongos y bacterias que acaban con los cafetales. “En temporadas de lluvias altas, los suelos se saturan, se inundan y las raíces pierden su sistema de alimentación, por lo que se merman las producciones. Algo muy delicado, es el tema de las temporadas de humedad, porque se disparan las enfermedades”, explica Álvaro Hernández, agrónomo del Tecnológico de Antioquia. El panorama aqueja a este y muchos otros cultivos con la llegada de fenómenos naturales como La Niña y El Niño.
En los periodos de sequía, el extremo contrario, la situación no es mejor. El calor constante afecta también los lotes de café. Álvaro señala que “los suelos se compactan y las raíces no se pueden desarrollar, por lo que se detiene el crecimiento de cultivos en inicio o en desarrollo”.
Existen distintos planes de acción que protegen los cultivos de los impactos climáticos para evitar bajos niveles de producción. Gracias a la viabilidad del terreno en múltiples regiones, el café suele cultivarse en laderas o pendientes. Algunos cafetales, incluso, cuentan con sistemas de drenaje que facilitan la circulación del agua y evitan un estancamiento, lo cual se presenta como una solución a las fuertes precipitaciones. Pasa lo mismo con la protección frente a altas temperaturas, cuando se implementan distintos sistemas de regado que suplementan las nulas precipitaciones.
Pero no todas las fincas caficultoras en Colombia cuentan con las posibilidades para incluir sistemas preventivos a sus cultivos. Según un estudio de Perfect Daily Grind, “internamente, el riesgo para las cerca de 500.000 familias que se dedican al cultivo del café es evidente. Gran parte de los pequeños productores, actualmente, no alcanzan ni siquiera a cubrir los costos de producción”. Esto gracias a que el costo de producción es mayor al precio que se paga por una arroba en el mercado, inconveniente que amenaza la cosecha del café, ya que los caficultores optan por dedicarse a otro tipo de cultivos y, aunque el mercado de especialidad es una alternativa que permite algunas ganancias, es poco viable; se requiere de mejor infraestructura y tecnología, uso prolongado de fertilizantes que suben más de precio y mayor mano de obra en las fincas.
Este es el panorama del sector cafetero en Colombia: los caficultores se enfrentan a una enorme e impredecible problemática climática que altera los niveles de producción y desarrollo de sus lotes, mientras que se agudizan otras dificultades económicas. Frente a esto se prevé un respaldo institucional por parte de la Federación Nacional de Cafeteros, con el que se reestructure internamente y se apoye de manera permanente el sector cafetero colombiano de la mano del gobierno nacional.