Facultad de Comunicación Social - Periodismo

¡Web-guntados! 

¡Web-Guntados! es un juego interactivo que pretende dar a conocer, por medio del pensamiento crítico, cómo funciona el manejo de los datos en la web.

Ensayo y juego interactivo realizado para la clase de Comunicación Estratégica en la Web 4.0 (octavo semestre, 2022-2), con la profesora Catalina Restrepo.

Los términos y condiciones de la web son ignorados frecuentemente por quienes navegamos en la internet. Sin embargo, ¿se han cuestionado acerca del uso y el tratamiento que se les da a los mismos por parte de las empresas que los recopilan? ¡Web-Guntados! es una alternativa didáctica para hacer consciencia de las implicaciones que tiene y puede tener en nuestras vidas el uso de las tecnologías.

Web-guntados es una gamificación enfocada en la reflexión crítica sobre la experiencia actual de las personas con los dispositivos electrónicos y la web, basado en el libro del autor Cristóbal Cobo “Acepto las condiciones: Usos y abusos de las tecnologías digitales”, pero específicamente en el capítulo: ‘Cambian las formas de ejercer poder y control’. En este capítulo, el autor hace un análisis profundo de lo que representan y las amenazas que sufrimos y sufriremos los seres humanos a largo plazo por el exceso de confianza que depositamos en estos servicios digitales.  

Si bien, como menciona Eli Pariser (2007), al igual que sir Tim Berners-Lee, el padre de la World Wide Web (WWW), los primeros entusiastas de internet esperaban que esta fuese una nueva plataforma para hacer frente a diversos problemas, funcionando como una herramienta para diversificar las formas de colaboración, participación y socialización. En la era digital, el rol de esta ha cambiado convirtiéndose en una herramienta de poder y control en manos de unos pocos.  

Los gigantes tecnológicos de la mano de internet han transformado y amplificado las diferentes estructuras y manifestaciones del poder, convirtiendo las dinámicas y representaciones del mismo en figuras abstractas sujetas a la propaganda. Se crea así una imagen amigable, escondiendo sus verdaderas intenciones de control por medio de la información de sus usuarios.  Como lo dice Cristóbal Cobo (2019): “El poder es más bien un fin en sí mismo y, por tanto, veremos cómo distintas organizaciones (naciones, conglomerados, empresas, movimientos) utilizan la tecnología como un medio para llegar a un fin superior”.  

Los usuarios de la internet día a día están expuestos a ser controlados por medio de la información que suministran a esta red. La forma en la que las grandes compañías tecnológicas ejercen esto pueden ser distintas de acuerdo al objetivo que quieren lograr y el provecho que quieran sacar, este puede ser con fines positivos o negativos. 

La misión de estos organismos es hacer creer a la persona que todo su entorno necesita y vive de la tecnología, lo que hace pensar que se encuentra para mejorar la vida y que todas sus actuaciones se hacen en pro al crecimiento del individuo y del mundo. Se deriva así en la entrega de la voluntad de las personas hacia la tecnología.  

Principalmente, para Cristóbal Cobo, existen cuatro formas de ejercer poder y control actualmente: 

1. Vigilancia y monitoreo.  

2. Influencia.  

3. Pérdida del autocontrol. 

4. Sobrecarga cognitiva. 

Es entonces, ¿Cuándo debemos preguntarnos si la internet nos domina? Es un cuestionamiento que poco nos planteamos en la vida cotidiana, ya que tendemos a ver las tecnologías más como una ayuda y algo utópico, que como algo que nos controle o que sea un arma de doble filo. 

Está probado que el internet nos roba atención y nos manipula de diversas maneras para obtener nuestros datos y ejercer poder sobre nosotros. Es por esto que responder a la pregunta de quién controla a quién no tiene una respuesta unificada; pues lo usamos para nuestro beneficio, pero a la vez están obtienen algo de nosotros que, en muchas ocasiones, no dimensionamos. En realidad lo digital influye en el individuo, convirtiéndolo así en un proveedor de datos que posteriormente son vendidos o transferidos a otros. Esto genera que “las empresas o los individuos no sabrían quiénes acceden a su información una vez que se monta en la nube, puesto que se pierde el control de los datos” (Pardo Kuklinski, 2010). 

El poder de control que ejercen estas plataformas se basa en la obtención de nuestra información personal, que es usada para decirnos cómo y qué pensar acerca de temas determinados, se ha visto en la política, en las problemáticas sociales actuales, y hasta en lo que compramos; nos encierra en una ‘burbuja de filtro” que solo nos muestra lo que queremos ver y que beneficia a empresas específicas. Es por esto que en las palabras de Cobo (2019), “si desconocemos que la internet con la que interactuamos es simplemente una versión a medida o ajustada a nuestros perfiles, entonces estamos ‘eligiendo no elegir’”.

En la actualidad, parece que ya hemos interiorizado el hecho de que estas nos vigilan y, como lo menciona Cobo (2019), “nuestra respuesta es la resignación al decir que: no tenemos nada que ocultar”. De aquí a que el autor haga un interrogante bastante interesante en el texto: ¿para qué imponer sistemas de vigilancia cuando las personas, por voluntad propia, optan por ventilar toda su vida privada? Todos estos datos que les estamos dando a las empresas nos han quitado nuestra privacidad mientras navegamos por Internet, sin embargo, la vigilancia proporciona un buen motivo de preocupación, en la medida en que invoca cuestiones de poder, dominación y control (Andrejevic, 2014).   

Para concluir, podemos afirmar que según Cobo (2019) hoy en día las ciudades se encuentran plagadas de “Smartphone zombies”, sujetos que se obsesionan tanto con los medios y redes del mundo digital que pierden la noción de lo real, que ya han entregado toda su voluntad y devoción hacia la tecnología de forma irresponsable sin tener en cuenta todo el trasfondo ético que posee tanto la digitalidad como el negocio tan lucrativo que representa. 

Por ello, Web-guntados es un juego diseñado para que el jugador pueda hacer un análisis crítico tanto a las redes sociales y dispositivos tecnológicos que utiliza, y que además pueda realizar una reflexión introspectiva para comprender sus propias conductas y como estas contribuyen a seguir el círculo en el que estamos metidos al aceptar los términos y condiciones para navegar en la web.  

¡A jugar!