Las enigmáticas luces de Ubaté
Unas extrañas imágenes provocaron la sorpresa de los habitantes de Ubaté, que aún hoy hablan de las fotos tomadas por David López.
Crónica realizada para la clase de Taller de géneros periodísticos (cuarto semestre, 2022-1), con el profesor Fernando Cárdenas.
Con la idea de una bonita postal de su pueblo de residencia y sentado con su amigo David López, el fotógrafo profesional estaba observando entre risas y cervezas la basílica que deseaba fotografiar en un entorno perfecto. Era un buen día, por lo que su estructura blanca resaltaba mucho más que de costumbre. El fotógrafo tenía la imagen mental de lo que quería: la belleza colorida de un arcoíris junto a aquella obra de arte arquitectónica.
–Él alguna vez había mencionado que era un aficionado al tema ovni, sin embargo, esas no eran sus intenciones – expresa William Chávez, quien en su asociación se encargaba de investigar estos sucesos y que, por su lado, era un gran amigo de David.
Brevemente agarró su taza de café y la sopló con delicadeza.
-Estas sillas pueden ser muy incómodas, ¿quieres que te traiga un cojín? – preguntó mientras ponía (sin haber tomado un sorbo) el café nuevamente en la mesa al lado de él. Negué con la cabeza, pues las sensaciones externas al relato que tenía en frente me provocaba curiosidad. Algún carro pasó por la calle con suficiente fuerza como para hacer vibrar un poco el vaso de agua que amablemente Chávez me había ofrecido al entrar.
Ubaté siempre fue un pueblo bastante católico -según contaba William-, así que a pesar de que tiempo atrás, los avistamientos paranormales habían ocurrido en los cielos de este corregimiento a dos horas de la capital colombiana, la gente era muy escéptica frente a ellos. Como lo fue la señora Rosalba, una vendedora de origen humilde que disfruta ir a caminar por la plaza donde se ubica aquel templo.
-La verdad es que la gente está obsesionada con lo que está allá arriba, yo no entiendo pa’ que quieren saber esa clase de vainas. Lo que está quieto se queda quieto.
A pesar de tener sus intereses, David como fotógrafo nunca tuvo las intenciones de captar algo diferente a una postal que pudiera vender a aquellos extranjeros fascinados con la arquitectura de la basílica.
-Ese día…ese día era muy especial. Cuando dieron entre las cuatro y las cinco de la tarde un bello arcoíris salió por los lados de la basílica.
-CLICK, CLICK, CLICK-. La cámara de aquel profesional vio una oportunidad insuperable, por lo que comenzó su acción.
–Él no había visto nada exótico cuando tomó las fotos. Bueno, pues además del arcoíris.
Una pequeña risita escapó de su rostro y su mano se rascó brevemente la nuca, mientras yo jugueteaba con mi anillo del dedo índice derecho. Le pedí un momento pues la grabadora de voz se había detenido.
-Hace mucho no me entrevistaban así, hasta especial lo hacen sentir a uno, óyeme.
Mis mejillas se ruborizaron un poco y un breve sonido que salió del celular indicó el inicio de la grabación nuevamente.
Después de aprovechar aquellos modelos: uno colorido y otro de gran altura, fue a descargar las fotos para asegurarse de como habían quedado. Su cámara para ese entonces ya era digital, por lo que no hacía falta de negativos para poder observar el tan anhelado resultado. Al lado de la cúpula se encontraba un detalle que David aseguraba no haber notado al momento de estar realizando su arte. El arcoíris estaba allí, pero le hacían compañía dos puntos.
-El creyó que había sido un error, así que amplió la fotografía y después de que no le encontró explicación, pues, se comunicó con El Tiempo, y después ellos se comunicaron conmigo.
William por ese entonces ya tenía un nombre dentro de los investigadores de estos fenómenos, por lo que no fue una gran sorpresa que aquel medio de comunicación lo contactara.
Brevemente William se paró de su silla y un chirrido doloroso sonó por la habitación, contaba que fue sorpresivo que un medio de comunicación como lo era El Tiempo prestara atención a una fotografía así. Se expresaba con su voz ronca mientras rebuscaba en algunas cajas llenas de papeles y lo que parecían ser discos de vinilo.
– ¡Ah, Caramba! No sé dónde tendré la foto… Si la encuentro te la mando por el “guasá”.
Se volvió a sentar, pero esta vez, la silla no produjo ningún ruido.
El fotógrafo captó lo que quería mostrar, una basílica que lucía más blanca por los rayos resplandecientes del sol, que era acompañada en aquel encuadre con un arcoíris bastante claro, y junto a ello, dos puntos que dependiendo de la fotografía variaban de color. Cuando de manera más detallista se observan aquellas imágenes, puedes determinar con más exactitud algo similar a un objeto, que cuenta con una aureola que en su momento se le otorgó al reflejo del sol en aquella “cosa”.
–Él entre su emoción empieza a contarles a sus amigos lo que había captado- continúa William, pero las personas empezaron rumores no muy positivos al respecto.
-Sí sí, yo recuerdo que una vecina me habló de la susodicha imagen, y me decía que extraterrestres y un montón de barbaridades…yo solo le dije que los únicos platillos que nos iban a atacar eran las arepas que teníamos que hacer para la cena- me contó Rosalba mientras me pasaba un café con leche sin azúcar, porque ella es pre-diabética y sus hijos no le tenían permitido consumir nada dulce.
Sin embargo, otras personas le creían a lo que había retratado David en su foto, como Alejandro quien me contaba entre risas que sus vecinos le decían gallina por no salir a jugar a la plaza.
-Pero te juro- un breve chasquido sonó mientras besaba sus dedos de la mano derecha en son de juramento- que cada vez que yo pasaba por ahí, había una luz morada como esperándome, por eso hasta miedo a ir a misa me daba- decía mientras se soltaba su cabello castaño ondulado, pues repetía que el frío le tenía congelado el cuello.
Ya con todos los rumores y los pensamientos de las personas, aquel periódico que en un inicio había contactado el fotógrafo, decidió hacer un escrito al respecto, donde le daban el aval a que, en la fotografía había un Objeto Volador No Identificado, en sus siglas: OVNI. Mientras, que por su lado la organización de contacto OVNI Colombia (la cual se encuentra hasta la fecha a cargo de William Chaves) se encargó más de estudiar aquel fenómeno volador.
-Envié la fotografía a México para que fuera estudiada también en el exterior… y al grupo de investigación OVNI a nivel mundial. Pues es una de las mejores fotografías tomadas por un fotógrafo profesional en Colombia.
William toma por fin un sorbo del café que había estado enfriando desde el inicio de nuestro encuentro y yo lo acompaño con un pequeño trago de agua.
-También después de esto salieron otras personas a decir que habían visto cosas, como por ejemplo la señora Dolores que aseguraba que arriba de la basílica veía colores muy bonitos pero extraños, en forma de globos.
Gracias a esto se hizo una vigilia en Ubaté para poder estudiar estos fenómenos, sin embargo, en ningún instante de esta jornada que tomó lugar en el 2004 se pudo observar algo, pero el misterio de aquellos bonitos y enigmáticos colores siguen siendo tema de conversación entre aquellos que alimentan conspiraciones de una vida exterior.