Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Análisis químico del amor

Amor: una palabra, cuatro letras, dos sílabas, infinidad de significados, ¿y la parte científica?

Texto realizado para la clase de Pensamiento crítico y argumentativo I (primer semestre, 2022-1), con el profesor Miguel Ángel Manrique.

Pensar en el concepto de amor usualmente lleva directamente a una persona, a un sentimiento o incluso a una situación particular, pero ¿Por qué? ¿Cuál es el efecto que tiene el amor sobre nuestro cerebro para que nos presente dichos pensamientos? Para responder aquellas incógnitas es importante comprender que todo se basa en tres palabras: hormonas, feromonas y neurotransmisores.

Claro está, la reacción ante dicho sentimiento en cada persona va a ser completamente distinta, dado que el ser humano no siempre siente amor, sino que en ocasiones solo siente aprecio o gratitud con los demás. Cabe aclarar que existen otras interpretaciones de lo que conlleva amar: se puede amar a un amigo, a la familia, a un animal, a infinidad de cosas; sin embargo, la respuesta neurológica siempre va a ser la misma, aunque la forma de querer sea distinta. Comprendiendo esto, se puede catalogar el amor de pareja o el enamoramiento como una reacción química en la que ambas personas están dispuestas a involucrarse y transformarse, como las variables de las ecuaciones.

Ahora bien, la primera parte para entender todo el rompecabezas cognitivo del amor es que, en el campo de la bioquímica, todo comienza en la corteza cerebral. Allí es donde se encuentran las principales conexiones neurológicas, que permiten la comunicación a lo largo de todo el cuerpo mediante neurotransmisores que cumplen la función de “emisores del mensaje”. Cuando el ser humano se enamora, se entablan distintas conexiones neuronales que informan a todo el cuerpo que algo “fuera de lo normal” está pasando. En este caso, el sistema encargado de normalizar las hormonas es el endocrino, con un balance hormonal de estas.

Para generar dicho balance se tiene el hipotálamo, el cual hace las veces de puente entre el sistema endocrino y nervioso central, permitiendo la segregación de distintas hormonas, tales como la oxitocina, la adrenalina, la serotonina, la vasopresina y la dopamina. En esta primera fase se presenta una disminución de serotonina, encargada mayormente del estado de ánimo y de regular el apetito sexual; y hay un incremento de la dopamina, que permite sentir placer y gusto con aquella persona que despierta atracción, generando un mecanismo de recompensa que incita a experimentar una y otra vez dicho sentimiento.

En la segunda etapa de este complejo proceso del enamoramiento, aparecen la oxitocina y la vasopresina, esto cuando la pareja ya se ha formalizado. Por un lado, la oxitocina aumenta y genera calma, seguridad y satisfacción dentro de la relación, mientras que la vasopresina es la encargada de fomentar la fidelidad que toda relación debe tener.

Otro factor importante para tener en cuenta al momento de hablar del amor y el cerebro es que este no solo genera un desequilibrio hormonal, sino que también afecta el lado crítico y el estado físico de quien se encuentre enamorado. Estos desbalances hormonales se presentan gracias a la norepinefrina, a las distintas alteraciones en la corteza prefrontal del cerebro y al cortisol. La primera es la encargada de aumentar la producción de adrenalina, generando más pulsaciones causando así esa sensación de nerviosismo. Por su parte, la corteza prefrontal es la encargada del funcionamiento racional y crítico del ser humano, siendo así que cuando el ser humano se enamora este se ve afectado. En palabras del Dr. Álvarez, coordinador de la Maestría en Neuropsicología de CETYS Universidad Campus Mexicali, “nos volvemos ciegos ante los posibles defectos que pueda tener la persona amada”, puesto que se nubla el juicio y criterio propio. Por último, el cortisol es la hormona encargada de esa ausencia del sueño y del apetito, esto se debe a que al estar enamorado dicho neurotransmisor disminuye.

Finalmente, se logra entender que el amor sí tiene una implicación bastante amplia en el ámbito científico, más aún en el lado neuronal. Es importante entender que lo que se cataloga como “amor” no es solo una palabra o un sentimiento, sino que se trata de algo que va mucho más allá; tanto así, que afecta varios sistemas en el cuerpo humano, siendo el nervioso y el endocrino los más relevantes.

Así que la próxima vez que quieran terminar con alguien sería más que válido usar la frase “no eres tú, son mis neurotransmisores que no compaginan con los tuyos”.


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