Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Las redes sociales, detonante del consumismo digital

¿Alguna vez hemos analizado que tan compulsivos somos al consumir? Un análisis sobre La persuasión de los anuncios publicitarios de internet para comprar cada vez más.

Ensayo realizado para la clase de Gestión de redes y plataformas (sexto semestre, 2021-2), con la profesora Catalina Restrepo.

El ser humano se ha transformado en todas las aristas de su vivencia y convivencia con el paso de los años. Este ha tenido que expandir sus herramientas para poder consumir o comprar los objetos necesarios y, en ocasiones, no tan necesarios para su diario vivir. En los últimos años, gracias al gran auge y poder que ha obtenido las redes sociales y el internet, los grandes almacenes, supermercados y tiendas han tenido un cambio importante en la manera de vender sus productos, y así mismo, los consumidores han modificado y transformado su manera de comprarlos.

En nuestra sociedad, el capitalismo atraviesa una transformación tecnológica, la cual tiene como elemento principal la digitalización de la compra. En otras palabras: vender y comprar por internet. Según el reporte de compras semanales en línea de Hootsuit, para enero de 2022, Tailandia con un 68,3%, México con un 64,5%, Singapur con un 62,8% y Estados Unidos con un 57,8% fueron los países con un mayor porcentaje de usuarios de Internet entre los 16 y 64 años que compraron algo en línea cada semana. En consecuencia, los consumidores día a día están comprando por plataformas y redes sociales y el uso de los datos, la expansión de las plataformas, la inteligencia artificial, la masificación de la información, el comercio digital y el Internet De Las Cosas (IoT) son algunos de los factores para esta nueva revolución del capitalismo digital.

Para empezar, las redes sociales son una herramienta poderosa cuando se habla de capitalismo en internet. Las nuevas tecnologías están cambiando de forma radical cómo las empresas, las ofertas y la mercancía se desenvuelve. Cuando el uso de las redes sociales y el marketing digital aumentó, la comunicación directa con entre vendedor/cliente lo hizo de la misma manera, pues se volvió instantáneo y más sencillo poder preguntar, reaccionar, o dar una opinión sobre algún producto o servicio.

Las plataformas digitales satisfacen la necesidad de poder llegar a millones de personas en todo el mundo, utilizando la tecnología como herramienta para llegar a su nicho de mercado y así obtener más ventas. “El amplio margen de beneficios que prometen estas plataformas hace de ellas un vehículo privilegiado de inversión para los fondos financieros, ávidos por encontrar nuevos caladeros de rentabilidad” (De Rivera, J, 2019, pp. 2). Hace algunos años parecía imposible poder realizar una compra por internet; sin embargo, ahora se puede adquirir cualquier producto desde casi todos los países del mundo, solamente con una conexión a internet y un clic.

Con la digitalización del consumo se han generado nuevos patrones de este por parte de los consumidores. Jiménez Nieto, S. & Jiménez Ruiz, C. (2013) en su tesis argumentan que hoy el cliente tiene más información de las marcas que consume debido a las redes sociales. Esto hace que tengan una influencia en ellos para poder consumir o no una marca determinada. Así mismo, los procesos de compra han generalizado nuevos patrones para que se facilite el consumo; ahora podemos comprar con tarjetas de crédito, con plataformas de pago con tarjeta débito o hasta pagarlo contra-entrega cuando el pedido llega a su lugar final de destino.

Es importante resaltar la publicidad como medio transmisor esencial para que se generen más compras por medio de las redes sociales. El tipo de publicidad se modifica, las fotografías y medios audiovisuales verticales cambian para ganarse uno de los espacios con mayor porcentaje en internet. Podemos darnos cuenta de esto cuando al pasar las stories de nuestros amigos de plataformas como Instagram o Facebook, nos aparecen publicidades cada 2 o 3 stories sin si quiera haber visitado alguna página relacionada con el articulo publicitado. Esto se debe al algoritmo e inteligencia artificial utilizada para encontrar lo que más se acople a nuestro perfil y mostrárnoslo como herramienta principal para lograr el consumo. Con esto, “las empresas inclinan sus esfuerzos no en la publicidad del producto sino en la difusión y unión de ideas produciendo entre iguales e interactuando con individuos más allá de cualquier frontera, compartiendo conocimiento y añadiendo valor al mercado” Jiménez Nieto, S. & Jiménez Ruiz, C. (2013). En consecuencia, la economía digital se trata más bien de negocios que dependen del auge de la tecnología, datos e internet (Srnicek, N., & Giacometti, A, 2018).

Por consiguiente, las redes sociales, con sus grandes volúmenes de anuncios publicitarios, se convierten en los medios de comunicación de la sociedad para influenciar a las personas a un consumo desenfrenado a través de ellas y de la internet. Además, las redes sociales son el mejor medio para el mercado publicitario debido a “primero por su bajo costo, segundo por su alto alcance y después porque permiten que el proveedor tenga acceso a la información personal de los usuarios, como por ejemplo sus conversaciones y sus gustos y preferencias de consumo” (Monteiro da Silva, C. M., & Ponte de Brito, D. ,2020, pp. 6). En otras palabras, los anuncios publicitarios que vemos en nuestras redes sociales ya van dirigidos a un público específico que previamente tiene un gran poder de persuasión. En consecuencia, la cultura del consumo varía hasta el punto de comprar cosas innecesarias. El consumismo llega a tal punto de utilizar bienes innecesarios para el bienestar, igualmente se supera esa necesidad primaria y se da lugar a la abundancia o cantidad excesiva de algún producto o servicio.

Zygmunt Bauman manifiesta que: “Además de ser un exceso y un desperdicio económico, el consumismo también es, por esa razón, una economía del engaño. Él apuesta por la irracionalidad de los consumidores, y no en sus estimaciones sobrias y bien informadas; estimula emociones consumistas y no cultiva la razón. Tal como ocurre con el exceso y el desperdicio, el engaño no es un signo de problema en la economía de consumo. Por el contrario, es síntoma de su buena salud y de que está firme sobre los rieles, es la marca distintiva del único régimen bajo el cual la sociedad de consumidores es capaz de asegurar su supervivencia” (Bauman, Z, 2015).

Así entonces, los consumidores tienen un comportamiento irracional a la hora de desperdiciar el dinero en bienes y servicios que probablemente no necesitan. El consumidor se mueve por la persuasión de los millones de anuncios publicitarios de internet para expresarlo como los anhelos y deseos motivadores para realizar la compra. Esta cultura se encarga de normalizar las conductas hacia el mercado para la construcción del individuo y de la sociedad.

En conclusión, en nuestra sociedad contemporánea cada vez más vemos cómo la sociedad de la cultura consumista por redes sociales e internet crece y crece debido al gran auge en los últimos años y, aún más, por de la pandemia de la COVID 19, en la cual el internet fue el medio primordial y por excelencia para poder realizar todo tipo de transacciones. Las redes sociales han obtenido más relevancia e importancia como medio de comunicación y de intercambio de información en tiempo real, y del mismo modo hacen que al estar conectados 24 horas al día, 7 días a la semana, se tenga mayor influencia en la vida y el comportamiento de las personas, en este caso, en la influencia y refuerzo de la cultura del consumo.

No es que en este texto se planee una solución a esta problemática, pues la mayoría de las personas sabemos cómo nuestra información es parte de una gran base de datos para que la publicidad y los respectivos anuncios nos persuadan y continuemos en el circulo vicioso del consumo y compra masiva de objetos y servicios, el fin real es que el consumidor sea consciente de lo fructífero que pueden llegar a ser las redes sociales como medio de comunicación para la transmisión y posicionamiento de una empresa o marca, pero al mismo tiempo, de lo nocivo y manipulador que pueden llegar a ser las redes sociales para ser el detonante del consumismo y capitalismo digital.