Facultad de Comunicación Social - Periodismo

Genderless: ropa sin género para gente con identidad propia

La moda sin género es una tendencia que busca eliminar barreras y etiquetas determinadas por una sociedad en la que la cultura impone una visión heterosexual como la mejor opción, si no la única.

Texto realizado para la clase de Introducción al lenguaje periodístico (tercer semestre, 2020-2), con el profesor Sergio Ocampo.

En el libro “El género en disputa”, publicado en 1999, la filósofa estadounidense Judith Butler postula una teoría en la que el individuo no tiene por qué identificarse obligatoriamente ni como hombre ni como mujer, ya que el género no es más que una construcción social.

La historia muestra cómo el vestuario tanto de hombres como de mujeres cambia con el pasar de los años y de los acontecimientos para establecer los estereotipos que se ven hoy en día.

Según el teórico Howard Becker en su texto “Los Extraños: Sociología de la desviación”, publicado en 1971, se establece al género como una tecnología, un proceso complejo propio de la modernidad, y que se orienta a la creación de sujetos “normales”, tomando la heterosexualidad como una norma principal y obligatoria, y la homosexualidad como un tabú o desviación.

La teoría Queer propuesta por Judith Butler propone que la orientación y la identidad sexual de las personas son el resultado de una construcción social, por lo cual el género no es un hecho natural, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales; así, el ser humano no está obligado a identificarse como hombre o como mujer. Esta teoría rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas. El movimiento Queer no es propio de homosexuales, sino de disidentes de género que se resisten a las normas impuestas por una sociedad heteronormativa y dominante.

En las palabras de Butler: “No hay ningún motivo para clasificar a los cuerpos humanos en los sexos masculino y femenino a excepción de que dicha clasificación sea útil para las necesidades económicas de la heterosexualidad”. Al hablar de las necesidades económicas de la heterosexualidad, Butler hace referencia a cómo el sistema económico diferencia los sexos solo con un fin económico.

Esta tendencia no es nueva, Coco Chanel en la década de 1920 introdujo los pantalones en la vestimenta femenina, liberalizó la silueta y adaptó esta prenda masculina al cuerpo femenino. En 1970, Yves Saint Laurent creó el esmoquin para mujeres, y en 1980 Jean-Paul Gautier y Vivienne Westwood vistieron a sus modelos masculinos con faldas.

A diferencia de estos hechos históricos que cambiaron la moda y la forma de ver las prendas masculinas y femeninas, la moda Genderless no busca feminizar la ropa masculina ni masculinizar la femenina. Esta corriente se basa en la idea de que la ropa no debería estar definida por géneros, sino que las personas se deben vestir de acuerdo con su identidad y estilo, independientemente que sean hombres o mujeres.

El siglo XXI parece ser el tiempo correcto para abandonar los estereotipos antiguos y represivos de una sociedad que no representa todas las opciones. Debido a la liberación sexual de los años 60, que alcanzó su máximo desarrollo en las décadas 80 y 90, las siguientes generaciones de jóvenes han abierto cada vez más sus mentes. Hoy en día tratan de acabar con los estereotipos, micromachismos y las masculinidades débiles que reprimieron a muchas personas durante mucho tiempo. Este es un momento de cambio y revolución, para que nunca nadie se sienta discriminado por ser quien es y por vestirse como le gusta.