La economía mundial funciona gracias a la labor no reconocida de las mujeres que mantienen en funcionamiento los hogares.

Reportaje realizado para la clase Flujos de trabajo en la industria audiovisual (séptimo semestre, 2020-1), con la profesora Claudia Patricia Bautista Arias. 

Cuando se habla de trabajo y su pago justo se detallan todo tipo de actividades pero existe un trabajo no remunerado, que hasta ahora empieza a considerarse en el escenario macroeconómico global y que  para el común de la gente es una “función” exclusiva de las amas de casa (madres solteras, viudas y mujeres casadas sin hijos): las labores del hogar.

Al dar un vistazo histórico en los países latinoamericanos, en especial al centrarse en Colombia, las labores primarias o que tienen que ver con funciones básicas (agricultura, trabajo en fábricas de alimentos, docencia) tuvieron en su desarrollo histórico una lucha por conseguir el pago justo, desconociendo las labores del hogar, que han sido relegadas a lugares secundarios y entendidas como “funciones naturales” de las mujeres, olvidando que puede o deben tener una remuneración, no solo en el ámbito moral (ver crecer los hijos y mantener una ambiente agradable del hogar), sino también una retribución económica.

En este reportaje se explora este fenómeno. A pesar del paso de los años estas labores primarias del hogar no gozan de una retribución financiera justa (que en la mayor parte de los casos es nula), y se han visto acompañadas de diferentes paradigmas sociales que ejercen presión sobre las mujeres con estereotipos arraigados como el de la “mamá latina” o el de la “matrona paisa”, por mencionar solo un par.

Además es esencial recordar que muchas mujeres no tienen la fortuna de ser parte de un hogar funcional y que nuestra mala educación social impide entablar diálogos serenos y racionales en lo que respecta a hablar de un pago por estas funciones.