Facultad de Comunicación Social - Periodismo

El fenómeno de la infantilización de la sociedad

La infantilización es usada en un mundo globalizado y atomizado que por las demandas del mercado requiere sujetos con un alto nivel de consumo.

Investigación realizada para la clase de Comunicación y marketing digital (octavo semestre, 2022-1), con la profesora Catalina Restrepo.

En la actualidad, la niñez ha desaparecido junto a la adultez, dejando a la sociedad en una adolescencia forzada. El concepto de “joven” no guarda relación con la edad, sino con el estilo de vida que es definido por el sistema socio económico de consumo y los medios de comunicación que promueven actitudes infantiles y modelos de vida de adolescentes.

En el pasado, el capitalismo productivista buscaba satisfacer las necesidades reales de las personas, pero a partir de la década de los ochenta el sistema socioeconómico basado en el consumo se saturó, por ello, con el fin de obtener nueva clientela, se crearon las llamadas necesidades imaginarias. Esto implica que cuando las viejas necesidades están satisfechas, el individuo es llevado a buscar nuevas necesidades, por lo cual el mercado optó por la regresión de los adultos hacia edades jóvenes o incluso infantiles, con el fin de que el mercado de bienes y servicios fuera perdurable, lo que se conoce como el espíritu infantilista (Barber, 2007, pp. 3). Los adolescentes son los más propensos a la adquisición de productos, son quienes más gastan, raramente ahorran y sus gastos no van relacionados con la utilidad de lo que consumen, mientras que en los adultos el nivel de consumo es comparativamente inferior.

Como lo plantea Sygmunt Bauman en su libro Modernidad liquida (1999), “En la modernidad sólida”, los sindicatos, el estado, la religión, la nacionalidad y la familia eran responsables de muchas de las funciones sociales. Hoy el individuo está más solo que nunca y su carga de responsabilidad sobre los perjuicios de la modernidad es mayor, aunque su posibilidad de influir en el sistema es menor que antes. Es decir, todo aquello que la sociedad sólida ofrecía y planteaba como un hecho seguro, ha dejado de serlo. Como consecuencia, el individuo se ha tornado menos comprometido con el trabajo, la familia, la comunidad.

Antes era un logro llegar a la tercera edad, debido a que era una etapa en la que se veía la culminación del ser humano sobre su propio destino, pero como lo ha planteado Bauman con el concepto de la modernidad liquida, la vejez se ha transformado y pasa a ser etiquetada como una etapa de inutilidad y poca o nula productividad. De acuerdo con Michel Foucault (1975), la vejez ha pasado por algunos controles sociales, denominados políticas de edades. “Ésta se caracteriza por asignarle una significación particular en un contexto determinado a un cierto grupo especial. Según la instrumentación de estas políticas, se asignarán controles especiales para los sujetos que pertenezcan a estos grupos”. Por lo tanto, cada cultura y sistema económico construye a los adultos mayores según sus necesidades y proyectos. Por esta razón la cultura occidental moderna identificó a la vejez como una enfermedad, lo que ha resultado en cambios sociales y de políticas públicas (Rodríguez, 2013)

El actual sistema socioeconómico, los mercados, la publicidad y las industrias culturales desempeñan un papel fundamental en esta transformación de etapas vitales (Epstein, 2003). A diferencia del primer ejemplo, también se están extendiendo las posibilidades de una apariencia joven a personas que son mayores. Uno encuentra la evidencia a favor de esta tesis en la cultura popular. Por ejemplo, el lenguaje de la política se ha simplificado, agotado, dogmatizado y ha perdido la complejidad de una moralidad típicamente adulta. Cada año, las películas más exitosas son dibujos animados o películas de superhéroes y lo mismo puede decirse de los libros (Harry Potter o Crepúsculo); y la ropa de los adultos se ha convertido en una fotocopia de la ropa diseñada para los jóvenes. El uniforme de adulto ya no existe. Luego están los campos de la cirugía estética y los productos de belleza, que crecieron gradualmente en las últimas décadas. El uso cada vez mayor de cremas rejuvenecedoras, inyecciones de Botox y medicamentos para el mejoramiento sexual representan una prueba más de un escape consciente y generalizado de la edad biológica.

Una estrategia del mercado para que el adulto consuma se basa en que, como éste solía ser un niño y un adolescente, el recuerdo de su pasado suele estar presente en su memoria y resurge continuamente cuando el consumidor encuentra estabilidad en la memoria de experiencias pasadas por el “efecto de la nostalgia”, como, por ejemplo, lo que se ha hecho con remakes de películas, dibujos animados y cómics de los años setenta y ochenta (Cross, 2008, pp.158).

Otra razón importante para la promoción constante del infantilismo por parte de los medios de comunicación y el marketing tiene relación con el factor demográfico por la disminución progresiva de la tasa de natalidad y el aumento considerable en los últimos cincuenta años de la edad promedio de la población mundial en el mundo occidental, lo que supone que el 11% de la población mundial controla el 60% del mercado.

A propósito de “la infantilización como ley del mercado”, es preciso mencionar lo planteado por Neil Postman (1982) quien en su libro “La desaparición de la Niñez” dijo que esta va a tener una lenta desaparición por el avance de los medios de comunicación por su invasiva presencia en ellos. Y a su vez lo expuesto por Jacopo Bernardini (2013), quien sostuvo que las etapas tradicionales del ciclo de vida a las que todavía se refieren las ciencias sociales, progresivamente han sido pospuestas y alteradas porque la edad de la infancia se ha acortado, la adolescencia hoy comienza mucho antes de la pubertad y para muchos parece durar para siempre, por ello los límites de la edad adulta parecen hasta ahora indefinibles y la madurez, como una fase de la vida, es probable que se convierta en un concepto individual.

Se observa que mientras muchos escritores han sostenido a través de la historia que el hombre necesita ser libre para satisfacer todos sus deseos, como lo hizo en 1932 Aldous Huxley en su libro “Un mundo feliz”, lo que parecía fantasía en ese momento en la actualidad está ocurriendo a través de la infantilización, que según Simon Pegg (2013), es el medio por el cual el capitalismo ejerce control sobre el consumidor de forma no agresiva; y que según Benjamín Barber, es eficaz para formar ideologías y comportamientos de la sociedad actual que es radicalmente consumista.

En conclusión, las personas mayores antiguamente eran parte integral de instituciones como la familia, ahora con la modernidad líquida estas instituciones se atomizan, los nexos sociales se degradan consiguiendo que la institución de la familia pierda sus capacidades formativas y de influencia en sus integrantes. Otra problemática de los adultos mayores es que a pesar de los avances médicos que han generado un aumento en la esperanza de vida de esta población, al no ser considerados como una fuerza consumidora y productiva su condición termina siendo vulnerable. El comportamiento infantil se ha convertido en un modelo a seguir, basado en vivir en el ahora, la diversión y despreocupación; se tiende a la indolencia, trabajar sin disciplina, y comprar sin ningún propósito. La responsabilidad, la mesura y la madurez anteriormente eran valores que caracterizaban a un individuo adulto, pero el fenómeno de la infantilización ha trastocado estos valores hasta darles el significado de formas que imposibilitan conseguir la libertad.

Una sociedad que es y promueve constantemente el infantilismo a través de los medios de comunicación y el marketing para garantizar el consumo no está en la capacidad de afrontar retos a los que se enfrenta día a día en temas como la guerra, la pobreza, el calentamiento global, los refugiados, la escalada armamentista, etc. Por tanto, es inútil la libertad individual cuando solo sirve para la autosatisfacción y es incapaz de enfrentar y proponer la solución de problemáticas que lo afectan como miembro de una comunidad.

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2 Respuestas a “El fenómeno de la infantilización de la sociedad”

  1. henry arias patiño dice:

    Muy buen abordaje del tema. Un poco escondidas las referencias bibliográficas visualmente. Felicitaciones.

  2. isa dice:

    genial que se estudien de temas como estos, espero y sé que conocen el impacto que se hagan estudios y sean compartidos ♡ que viva la información

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