Un hombre de 63 años que ha vivido el olvido de su familia y de la ciudad a la cual dedicó su vida, relata lo que ha significado ser guardián del patrimonio histórico y cultural de Honda.
La ilusión de unidad nacional se extingue tan pronto como finalizan los partidos, la gente ya no es colombiana, sino rola, costeña, llanera, pastusa o santandereana.